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— ¿Encontraste algo?

Kim indagó esbozando del sueño. Buscar “hechiceros” cerca de dónde vivian por internet lo tenía totalmente aburrido, no encontraba nada de ello en su ciudad a pesar de ser ayudado por Jimin, y tampoco tanto porque cuando se descuidaba lo encontraba jugando a los jueguitos de su ordenador.

— No, lo más cercano que hay está en otra ciudidad, tendremos que hacer un pequeño viaje si queremos encontrar una solución para él —. Respondió señalando el abdomen bajo de su amigo. Pues Jungkook en su forma animal se encontraba durmiendo placidamente allí, dentro de la camiseta de Kim. Totalmente calentito con el cálido cuerpo de su hyung que huele rico.

— Joder, bien, iremos el sábado, pero averigua bien la dirección... ¿Es de una hechicera? —. Musitó asomándose a la pantalla contraria echandole un vistazo. — Está algo lejos... —.

— Más que hechicera parece que hace algún tipo de macumba... —. Ambos guardaron silencio por un instante procesando las palabras del rubio. — No se me hace muy seguro... —.

— Solo iremos a averiguar, tonto, no dejaré que les suceda nada a ninguno, tendremos cuidado esta vez —. Afirmó despeinando la cabellera del más bajo.

Finalmente suspirando, y apartando la mirada dentro de su camiseta para comprobar el estado del menor.

Este aún se encontraba todo desparramado y estirado comodamente. Era extraño que aún estuviese encima suyo a pesar de que no le dirigiese la palabra. Jungkook no le había hablado por días, y aún continuaba, simplemente se limitaba a asentir o negar con la cabeza. Incluso había dejado de insistir con dormir en su nidito. Sólo dormía en el sofá con su Señor Amoroso y esa camiseta mal holiente que le había puesto. Eso sí, a la tarde, también se la pasaba durmiendo, solo que en su regazo.

Lo único que no dejaba de hacer, era frotar su cuellito contra su pecho o algo por el estilo. No entendía que es lo que hacía exactamente.

Al igual que por alguna razón le dejaba zanahorias en la puerta de su cuarto todas las mañas.

Estaba demasiado extraño. Pero Kim no se quejaba, quería creer que era mejor así. Menos berrinches para escuchar.

— ¿Aún duerme? —. Jimin cerró su laptop sin apartar la mirada del bulto dentro de la camiseta del contrario. Él no tenía problema con Jungkook, según él era muy tranquilo, jamás se portaba mal y era obediente. Aveces no entendía por qué parecía molestarle tanto a Kim. Él era muy adorable. — Sabés, creo que se adaptó muy bien a nosotros a pesar de no conocernos —. Comentó incorporándose. — No sé por qué tienes tantos problemas con él... —.

— Es un conejo Jimin —. Taehyung lo interrumpió fríamente. No quería sonar molesto ni disgustado por el pequeño, simplemente quería pensar con el sentido común. — Lo sacamos de su hábitat, él no debería ser así, no podemos simplemente quedarnolos sabiendo que le hicimos algo así... Que le hice algo así—.

— N-No hablo de eso, me refiero a que talvez el que esté aquí fue por alguna razón, estas cosas no suceden todos los días Taetae, talvez esté mejor con nosotros...

— ¿Te encariñaste con él? —. Taehyung lo miró indignado. Esbozando una falsa sonrisa de lado e incorporándose igualmente en lo que sostenía a Jungkook para evitar despertarlo. — No debería ser así. Es cierto que es muy bonito a pesar de ser caprichoso, pero eso no cambia las cosas, simplemente no debería estar aquí —.

— ¿Solo lo dejaremos en su forma original y lo abandonaremos? —. Indagó un tanto preocupado. Se sentía una persona horrible, pero en gran parte Kim tenía razón. Él tenía que seguir su naturaleza. — M-Me siento algo mal... Creo que a Jungkook en verdad le gusta estar aquí... ¿No deberíamos preguntarle? —.

¡Abra Cadabra! ¡Pata de... conejo? - 『Taekook』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora