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— Ya... Está la cena

Taehyung musitó terminando de ayudar a Jungkook a vestirse correctamente. Habiendole acomodado la gran camiseta negra, y habiendole puesto unos shorts junto a un boxer.

Aunque todo con algo de pavor. Aún se sentía algo abrumado pese a la charla con su amigo.

— Oh..

Este asintió arrodillandose. Estirando sus bracitos hacia el castaño, y abrazándose por su nuca cuando este,
con algo de confusión, se inclinó hacia él dejándolo acercarse.

— ¿Q-Qué sucede? —. Ante su abrazo, Taehyung dudó si igualmente corresponderle. Tenía miedo de que Jimin confundiera las cosas... Pero finalmente optó por recorrer su cintura y dejar que este lo apretujase un poco más. — Jungkookie... —. Preocupándose por su comportamiento y el hecho de que este tuviera sus bonitas orejitas caidas. 

— Hyung... No quiero volver a quedarme solo —. Su vocecita escapó un tanto temblorosa y nerviosa. A lo que Taehyung simplemente suspiró descansando su mentón en su hombro, procesando detenidamente sus palabras.

— ¿Quedarte solo? —. Eso lo hacía pensar en algún pasado antes de conocerlo. Pero él era un conejo... Y al momento de la transformación no parecía tener un pasado qué recordar.

— Quiero dormir con usted... P-Pero siempre. Porque no puedo dormir en el sofá... Con hyung cachetitos tampoco...—. Confesó temeroso. Necesitaba decirselo, no podía pasar una noche más sin dormir. — Y-Yo... Lo quiero a usted... —.

— Ash...—. Y Taehyung no podía seguir resistiéndose, sabía que él lo quería. — Está bien conejito caprichoso —. Palmeó su espalda para que este se hiciera a un lado. Rodando los ojos cuando este reforzó el abrazo, negándose a separarse. — Si si, dormirás conmigo entonces, pero me harás caso a partir de ahora... —.

— ¿También me puedo sacar los camaleones?

— No abuses cosita —. Pasó sus brazos bajo su trasero, y lo levantó con cuidado de que sus manos no hicieran contacto directo con esa zona más que sus propios antebrazos. — V-Vamos a comer —. Sintiendo como las piernas de este se aferraban al rededor de su cintura comodamente.

— A mi colita le molesta...

— Tienes que acostumbrarte, no puedo hacerle agujeros a todo, también es mi ropa Jungkook... A-Ash como pesas... —. Musitó observando como este tomaba un poco de distancia para poder verlo a los ojos. Haciéndole pucheros de súplica y apretando más sus orejitas hacia abajo. — Uh, bien bien, veremos a la hora de dormir, ahora no. Jimin se enfadará conmigo —.

— Hyung... —. Gustoso de ser levantado por el mayor. Ahora alzó sus orejitas en alto y sonrió acortando la distancia nuevamente hasta el punto de que sus narices hicieron un pequeño contacto. — Gracias —.

— N-No agradezcas, tonto —. Kim apartó su rostro descansandolo nuevamente en su hombro, en lo que dejaba el cuarto guiándose al comedor. 

Incómodamente sentía cosquilleos y le molestaba demasiado que parte de él se sintiera a gusto con la cercanía del conejito humano. No encontraba razón por la cual este lo ponía así. Simplemente lo hacía sentir de esa manera.

— Ya está servido —. Jimin comentó observandolos de reojo. Asegurándose de que Jungkook estuviera bien y Taehyung no lo estuviese mirando raro. — Hice ensalada, a Kookie no le gusta la carne —.

Kim dejó al menor en su asiento con cuidado. Posteriormente sentándose a su lado, y asintiendo a las palabras de su amigo en señal de haberlo escuchado. Echando otro suspiro al ver y sentir como el aún pelirosa esbozaba una pequeña sonrisita y acercaba su silla a él. Todo para abrazarse a su brazo y apoyar su cabecita en su hombro. Importandole poco molestarlo con sus orejitas casi en su cara.

¡Abra Cadabra! ¡Pata de... conejo? - 『Taekook』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora