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— ¿Qué?

Taehyung indagó tirado en su cama con su celular. Observando como el conejito entraba a su cuarto dando fuertes pisadas entre pucheros.

— Adivino, ¿Te dijo que no? —. Rió burlón volviendo la vista a su celular. Jungkook bufó apretando sus orejitas contra su cabeza en lo que se cruzaba de brazos.

— M-Me voy a bañar... —. Musitó molesto mirando hacia otro lado. Taehyung suspiró volteandose indiferente.

— Era obvio que te iba a decir que no, sería extraño que durmieras con mis padres... —. Comentó. El conejito se encogió de hombros. — Pues ve a bañarte entonces, apúrate antes de que “ma-mi” termine de hacer la cena —.

— ¿H-Hyung no va a ayudarme? —. Su menor indagó jugando con sus manitos nerviosamente. Ahora llevando una expresión afligida. No se sentía preparado para hacer las cosas solo.

— Yo ya te enseñé como hacerlo Jungkookie...

— P-Pero hyung...

El mayor posó sus ojos en él nuevamente. Y segundos después de verlo, no le quedó de otra qué dejar su celular aún lado e incorporarse con algo de pereza. No podía negarse a él cuando lo miraba así.

— Ya ya, vamos al baño —. Terminó por decir antes de entrar al baño de su cuarto junto al más bajo. Extrañandose cuándo este repentinamente tiró de su sudadera ligeramente cabizbajo, y estiró sus orejitas hacia abajo. Cómo sí estuviese tímido de lo que quería decirle. — ¿Qué sucede Kookie? —.

Jungkook mordió sus labiesitos al sentir sus mejillas arder pese a los nervios de su pancita. Kim lo miró confuso.

— Y-Yo... —. Se atrevió a subir sus brillantes bambis hacia él. Dejando escapar un pequeño suspiro totalmente anonadado de ver a su hyung que huele rico observarlo y poner toda su atención en él. — D-Digo... Usted...—. Le gustaba demasiado que Taehyung lo mirara cariñosamente y esperara pacientemente a qué él hablara con una ligera sonrisa. Él era más dulce cuando estaban a solas.

Definitivamente se sentía mejor sin preciones de los demás. Y al conejito le encantaba.

— ¿M-Me das... U-Un abrazo? —. Su vocecita escapó temblorosa y casi inaudible pese al temor de su pregunta. Su cuerpito estremecía de la emoción, e inevitablemente jugaba con sus piesitos ansiosamente frotando uno con otro. El mayor lo miró enternecido acunando una de sus mejillas.

— Después de qué te bañes—. Y dicho y hecho, Kim se volteó preparando el agua como si nada. Jungkook tragó saliva sintiéndose rechazado. — Yo no tengo tina aquí, así que tendrás que ducharte por esta vez, luego puedes usar el baño del pasillo, es de invitados pero... —.

Al voltearse, guardó silencio observando como este apretaba sus labiesitos mirando afligidamente hacia una esquina, y ahora con sus manitos tras suyo jugaba a tironear el borde de su sudadera hacia abajo, sin dejar de frotar y pisar sus propios piesitos. Taehyung no supo cuándo se había quedado quitado el calzado y quedado en calcetines... Tampoco cuando se le comenzó a hacer tan adorable a pesar de claramente encontrarse triste.

— J-Jungkookie...—. Musitó acercándose nuevamente a él. Cada tanto echando un vistazo al agua qué comenzaba a correr ligeramente. — ¿Q-Qué sucede? —.

Pregunta estúpida.

Él sabía muy bien lo que sucedía.

¿Talvez necesitaba una reafirmación?

También se encontraba nervioso a pesar de intentar actuar relajado. Era extraño. Él se sentía extraño. Era la primera vez que le gustaba un chico... O al menos teniendo consciencia total de qué lo era... Fuese lo que Jungkook fuese.

¡Abra Cadabra! ¡Pata de... conejo? - 『Taekook』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora