¡Abra Cadabra! ¡Pata de... conejo? - 『Taekook』

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— ¡Es mío!

— ¡No!

— ¡Jungkook!

Taehyung se quejó tironeando de su propio movil de las manos del contrario. Pero el conejito terminó por quitárselo y corretear por toda la sala escapando de él.

— ¡Tú lo tienes todo el tiempo! —. También se quejó, haciendo sus orejitas hacia atrás algo molesto. Aterrado pero a su vez gustoso de que el mayor lo persiguiera.

— ¡Y sí! ¡Porque es mío! ¡Jungkook! —.  Exclamó intentando atraparlo. Él corría demasiado rápido.

— ¡Me toca a mí! ¡Es mi turno de usarlo! ¡Préstamelo! —. Lo esquivó ágilmente volviendo al living, ahora el ceño fruncido de Kim lo intimidaba un poco. No quería que su hyung que huele rico se enfadase con él, pero quería jugar a los jueguitos del móvil, no se sentía de muy buen humor, necesitaba entretenerse con algo.

— ¡¿Por qué no ves los dibujitos?!

— ¡No quiero!

— ¡¿Y eso a mí por qué tiene que afectarme?! ¡Devuélveme el celular! ¡Ya! —. Se detuvo de correr extendiendole su palma abierta con su ceño firmemente fruncido, y al menor no le quedó de otra que devolverle su pertenencia de mala gana. — Gracias —. Terminando por encaminarse a la mesa con fuertes pisadas, tomando asiento, y limitándose a dibujar con las crayolas y las hojas que mami le había dado el día anterior. — Qué berrinchudo eres —.

Comentó Kim tomando asiento en el sofá. Jungkook no respondió, solo guardó silencio cabizbajo en lo que dejaba escapar pequeños suspiros afligidos. Taehyung inmediatamente se sintió culpable de la manera en la qué lo había tratado.

— Jungkook... —. Lo llamó desde el sofá. Y el azabache apartó la mirada recostando su cabecita sobre ahora sus brazos cruzados sobre la mesa. — Koo... Ven —.

— ¡Kim Taehyung! ¡¿Ahora qué le hiciste al bebo?! —. Su madre exclamó bajando las escaleras con su bata y un notorio ceño fruncido. Su hijo negó rápidamente poniéndose de pie.

— ¡N-Nada! ¡Solo le dije que me devolviera el móvil! —. Se defendió casi correteando hacia el menor. Este escondió su rostro en el hueco entre sus brazos. — O... ¿Realmente te traté mal? Koo... —. Su colita tembló antes de que su cabecita negara. — ¿No? —.

— i-imi hyu nu vini i vimi... —. Trastabilló entre susurros. Kim ladeó la cabeza sin entender.

— ¿Qué?

— Dice que Jimin no vino a verlo —. Comentó Hye Young encaminándose hacia la cocina. El castaño la miró sorprendida. — Te entendía a ti cuando me hablabas con la boca llena de gomitas, obvio entenderé al bebé —.

— Uh, como sea —. Regresó su vista al azabache en lo que tomaba asiento a su lado. Posando su mano sobre su cabecita y acariciandolo suavemente. El conejito no tardó en abrazarlo con sus ojitos aguosos. — Cosita... —.

— J-Jimin hyung se olvidó de yo... —. Sollozó escabullandose en el cuello de su hyung qué huele rico. Se sentía realmente olvidado por hyung cachetitos. Él ni siquiera lo llamaba para preguntar cómo estaba, aún cuando habían pasado varias semanas desde la última vez que lo vió.

— Él está algo ocupado pero no se olvidó de ti, ¿quieres que lo llamemos? Verás que él también te extraña mucho... Puedo llevarte a verlo sí quieres —. Le comentó depositando pequeños besitos en su hombro. Jungkook estremeció sacudiendo su colita nuevamente y apretando sus orejitas fuertemente.

— N-No lo quiero molestar...

— No lo molestarás Jungkookie, ya verás qué... Que...—. Se distrajo al dejar besos por su cuello, percatandose de algo un tanto extraño. O será que jamás le había prestado atención. Pero...— Koo...—. El nombrado estremeció al sentir cómo su hyung parecía olfatearlo. — Tu... ¡Hueles a bananas! —. Comentó volviendo a tomar distancia para verlo con sorpresa.