¡Abra Cadabra! ¡Pata de... conejo? - 『Taekook』

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   — B-Bunny...

   Su conejito se encontraba arrodillado en el suelo dormitando sobre sus bracitos cruzados sobre el colchón. Jungkookie fue la primera cosita hermosa que vió apenas despertó en aquélla anticuada habitación.

   Observó a su al rededor. Las paredes del cuarto llevaba un tenue tapiz de flores con colores algo apagados, pero hermosos cuadros de un Jungkookie pequeño con adorable ropa de vestir. Él siempre había sido un bebote hermoso.

   Regresó a verlo. Su conejito dormía plácidamente con sus orejitas caídas sobre su cabeza y su pon pon saliendo detrás suyo. Hacía tiempo que no lo veía con esa forma.

   Se acercó a él suavemente buscando que no se mueva demasiado el colchón para evitar despertarlo. Se agachó a su altura, chocó su naricita con la suya, no pudo evitar enternecerse. Respiraba tranquilo, en paz, casi como si no tuviese ningún problema del qué preocuparse.

   Besito esquimal. Jungkook abrió sus ojitos despacito abriendolos enormemente tras verlo. Lo veía con sorpresa, afligido, pero Kim podía aún ver todo el amor que se cargaba en aquéllos preciosos bambis.

   — ¿E-Estás bien? —Indagó Bunny. No se movió ni un centímetro, ambos aún rozando sus narices y entrelezando sus alientos. Por un segundo, Taehyung había olvidado todo lo que había sucedido.

   — ¿Tu me cuidaste? —Observó los labios de su menor. Él vió los suyos con nervios, asintió suavemente. — Eres un ángel. —.

   — T-Tae- —Jungkook finalmente tomó distancia. Taehyung entonces tomó asiento al borde del colchón tomando su mano apenas él se incorporó. De vuelta a la realidad.

   — Jungkook te extrañé. —Le habló al chico frente suyo. Sostenía su mano aunque él no correspondiese. Sus orbes se apagaron. — Estoy aquí por ti, porque a pesar de los errores y nuestras diferencias te amo y eso es lo único que me importa. —.

   — Taehyung no me conoces...

   — Y aún así te amo tanto como tú a mí. —Bunny guardaba silencio. Kim lo acercaba a él suavemente dejándolo de pié dentro de sus piernas. — Jungkook, ¿Por qué te fuiste? Se qué peleamos y dije cosas que no quería pero desde antes querías marcharte, no pude con eso, sólo adelanté lo inevitable y no pensé con la mente fría. —.

   — Taehyung... Entiéndelo, solo he hecho de tu vida un caos desde que llegué, soy un problema no soy el chico para ti.

   — ¿Qué dices? —De igual forma se incorporó. Su menor tan solo alejó su mano retrocediendo un paso, sus ojitos bajaron cabizbajo. — Jungkook...

   — ¡Jeongguk! ¡Baja a preparar la cena! ¡Tu pretendiente está aquí! —Bunny cerró sus ojos un instante tan pronto oyó la voz de su madre desde el primer piso. Kim tomó un bocado de aire tomando los hombros del más bajo con suavidad. Él estremeció viéndolo con algo de pánico.

   Ese Jungkook era tímido, silencioso, algo retraído. ¿Cómo podía contrastar tanto con aquél encandaloso Bunny que había conocido? Sabía que sería nuevo pero... Lucía mucho más triste. ¿Esa era realmente su misma alma?

   Alejó sus manos de él tan pronto llegó a tocarlo. Sintió que con él debía ser suave e ir despacio.

  — Mírame, estoy aquí por ti, ahora por ustedes y por nosotros, Jungkookie, vine a buscarte y vamos a ser papás, menos podré dejarte ahora. —Regresó a tomar sus manitos con sumo cuidado. Ya no veía las orejitas de su menor, pero sus ojitos brillaban cristalizados viendolo con pena. — Es cierto, has cambiado pero estoy dispuesto a conocerte. —.