¡Abra Cadabra! ¡Pata de... conejo? - 『Taekook』

• (9) °

— Hablo en serio pequeño, puedes dormir en mi cuarto

Jimin insistió por cuarta vez.

Jungkook había estado toda la tarde tirando en el sofá. Abrazando a su Señor Amoroso, y viendo los dibujos animados mientras se limpiaba los ojitos. No había parado de llorar desde que llegó.

— Puedes traer tu osito, no me molesta

Pero él solo guardaba silencio y lo ignoraba. Estaba demasiado afligido. Ni siquiera había tocado las verduras que le había preparado en un boul.

— Al menos come algo Kookie, por favor, me preocupas... —. Se agachó frente a él obstruyendole la vista para que lo viese. Pero este solo cerró sus ojitos y escondió su rostro dentro del osito.

Aspirando el aroma de la camiseta, y sintiendo escurrirse más lagrimitas al recordar a su hyung que huele rico. Le dolía, pero no quería separarse de su camiseta.

Jimin suspiró rendido. No sabía qué más hacer por él, era inútil intentar animarlo, él se resistía a cualquier ayuda.

Lo dejó seguir viendo la televisión sin más que hacer. Pero su ceño no pudo evitar fruncirse al ver y oír a Kim Taehyung llegar al departamento tranquilamente como si nada sucediese.

Enfadado se acercó a él, y se cruzó de brazos. Conminando con no dejarlo pasar. —Tú, eres un verdadero idiota —. Lo señaló con el dedo índice cerca de su rostro, haciendo que este retrocediera un paso un tanto intimidado. — No puedo creer que fueras tan duro con él, ¿tienes idea de lo mucho que ha llorado? Ni siquiera quiere comer, Tae, ¿Puedes darte cuenta lo mucho que lo lastimaste? —.

— Y-Yo lo siento, pero él me exaspera. Jimin, la Cosa no se comporta igual contigo que conmigo, perdí la paciencia, y, arruinó mi oportunidad con Jeonghan...

— Oh vamos amigo, ¿cuál oportunidad? Además, número uno, “la Cosa” ya tiene un nombre de pila, y es Jungkook. Quien está llorando en el sofá porque dañaste sus sentimientos sin siquiera ponerte a pensar sus razones. Y número dos, quiero que te disculpes con él —.

— Jimin... Si lo hago volverá a molestarme —. Se excusó intentado avanzar. Pero este lo empujó con algo de fuerza prohibiendoselo.

— No te dejaré pasar si no lo haces. ¿Cómo siquiera puedes decir que te molesta? ¡Él solo busca tu atención! ¡Se encariñó contigo! ¡Intenta cuidarte a su manera! —. El rubio suspiró un tanto exaltado. — Estoy decepcionado con tu actitud, jamás creí que mí amigo pudiera decirle cosas tan feas a una cosita tan linda como él. ¿Decirle que querías dejarlo en el bosque?  ¿En serio? Tú sí que eres malo —.

— Estaba enfadado lo siento...—. Suspiró cansado. Aún así una parte de él no quería reconocer que había estado mal.. — P-Pero tienes razón. Me disculparé con él si eso quieres...

Finalmente el rubio le dio el paso. Permitiendo que el castaño dejase sus cosas a un lado, y se encaminara hacia el pequeño recostado en el sofá.

Lo que por cierto, no había comprendido tanto las palabras de Park como cuando vió a Jungkook esconder su rostro apenas lo vio. Sollozando a lo bajito, y apretando a su Señor Amoroso fuertemente entre sus manitas.

En verdad se había comportado como el peor con él.

— Jungkook... —. Se arrodilló en el suelo para poder acercarse a él. Acercando su mano sigilosamente a su rosada cabellera, y atreviendose a darle una pequeña caricia. — No iba en serio mis palabras... Tú no eres malo, al contrario,  eres un bebé bueno que hace cosas raras—.

Las orejitas del más bajo no pudieron evitar temblar al intento por mantenerlas baja y no alzarlas. Pues ahora estaba muy atento a su hyung que huele rico.