Se estaban mirando con rabia, como si pudieran hablar con las miradas a la vez que se lanzaban puñales que sólo los dos veían porque realmente no lo hacían. Así es como estaban cuando escucharon el grito proveniente del señor Weasley.
-Parar, no están atacando (explicó).
Ambos sacaron sus varitas y se pusieron en guardia, los 4 espalda con espalda y se vieron rodeados por un total de 20 mortífagos.
Mierda, pensó Harry, si hubieran venido hace tan solo 10 minutos habrían estado todos los de la Orden del Fénix y habrían terminado todo eso en cuestión de segundos pero ahora estaban solos. Harry miró a sus compañeros de batalla, todos ellos estaban preparados, listos para lo peor pues temían no sobrevivir y es que 4 contra 20 era ridículo pensar que podrían hacerlo. Suspiró un microsegundo para serenarse, ahora que tenía ese cerebro tan privilegiado podía hacer algo, se dio cuenta de que su patronus estaba en la pulsera de su sanador favorito, lo agrandó y habló con los presentes, los Longbottom y los Lovegood estaban presentes igual que Charlie Weasley. Una vez los puso en sobre aviso lo mandó al ministerio.
No había derrotado al señor tenebroso para morir de una manera tan vil, tenía pensado cumplir con lo que sus padres le habían encomendado y para ello debía estar vivo. Puso de forma inconsciente un escudo alrededor de los 4, como una cúpula que los cubría.
-A qué esperáis, atacar (bramó uno de los que estaban más atrás).
-Primero necesito saber dónde está mi hijo pedazo de idiota (gritó otro).
-¿Hijo? (preguntó).
Tenía que ganar tiempo, se darían cuenta a la primera cuando lanzaran un hechizo de la protección y luego sería fácil que terminaran con ellos. Así que debía conseguir que hablara.
-Sí, mi hijo. Trabajaba como sanador en San Mungo y uno de estos estúpidos le encomendó la misión de matar a Snape. Todo porque los muy estúpidos aseguran que el propio Lord Voldemor lo quería muerto y que es lo que ellos debían terminar. Haber ido vosotros si tanto lo queríais (miró a los aludidos).
-Primero de todo, tu señor está muerto. Segundo, ¿qué hijo? (repitió con calma).
-Se llama J.J. trabaja con sus mejores amigos, dos de ellos son hijos de otros dos mortífagos y del idiota del padre que pidió que lo hicieran (siguió despotricando).
-Así que habéis sido tan estúpidos como para dejar que unos críos hagan vuestro trabajo y estos han sido descubiertos. Eso no es nada inteligentes (los provocó).
-Mira Potter no te creas el mejor mago del mundo. Por mucho que hayas cambiado sigues siendo el mismo niño al que Lord Voldemor hizo llorar en más de una ocasión y la mayoría lo vimos (le recordó).
-Lo sé, eso lo tengo siempre en cuenta, lo que no entiendo es por qué venís aquí para preguntar sobre vuestros hijos (comentó).
-Porque sabemos que no han sido mandados a Azkaban, todavía no han hecho ningún juicio y sabemos que no están en el Ministerio. Por ello pensamos que estarían aquí bajo amenaza (soltó).
Ese hombre realmente es un estúpido, le habían revelado que seguían teniendo a gente dentro del ministerio. Ya fuera bajo las influencias de algún imperio o que fuera un mortífago las sospechas que tenía eran ciertas y no infundadas como todos decían. Menos mal que se deja llevar pos su instinto porque si esperaba a que los demás resolvieran todo aquello se quedarían en total desventaja.
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Tenías que ser tú
FanfictionHarry ha tomado la decisión de su vida. Se va a enfrentar a Voldemor aceptando así su propia muerte. Después de todo, en lo que ha divisado de los recuerdos de su profesor, Severus Snape, eso es lo que tiene que hacer. ¿Y si cuando muere se encuentr...