Cambio

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Estaba decidido a hacer sus mejores pensamientos. Quizás él debía quedarse quieto, dejar que los demás sean felices. Potter celebró su cumpleaños tal y como pensaba; les dio sus regalos a sus amigos salvo a la persona que amaba. Se ha pasado mucho tiempo intentando ocultar sus pensamientos sobre el chico que ocupa su mente. Ha de reconocer que lo pasa bien.

En su fiesta quería hacer algo diferente a lo que se espera. Alcanzó a hacer lo que quería. La cosa fue que la mayoría de las personas se emborracharon y terminaron durmiendo en su casa.

Luego comenzó con los exámenes para ser profesor el día siguiente de su cumpleaños. Le tomó un día pasarlos todos con la mejor de las notas. Tras esto tenía tiempo para preparar las clases del primer trimestre pues debía distraerse pero sus padres tenían otra idea. Se le aparecieron cuando llevaba un par de horas despierto, sobre las 6 de la madrugada.

-Hijo (dijeron).
-Papá, mamá (se alegró de verlos).

Se abrazaron con la mayor de las ternuras. Cuando se separó su padre le golpeó el hombro demostrando que estaba molesto.

-Hey (se quejó).
-No soportamos verte tan triste (explicó su madre).
-Yo... Estoy bien (se apresuró a corregir su error).
-Somos tus padres no unos desconocidos. Llevamos años observándote (replicó su padre con furia).
-Tal vez no sea taaaaan feliz como la mayoría de mis amigos. Pero estoy mejor que cuando era un niño. Ahora tengo amigos, y puedo llevar una vida totalmente tranquila y por ahora me conformo (soltó).
-Eso sí es cierto (se sintió mal).
-¿Y ahora por qué venís a verme? (preguntó).
-Por Lucius Malfoy. Dado que lo tienes que poner bajo custodia de otro mago hemos pensado ayudarte con esta decisión (fue directo).
-Te vamos a decir quién es su persona destinada. Sabemos que deberías encontrar a la persona por tus propios medios pero hemos pensado que dado que no tienes una buena relación con él y que no quieres llevarte bien con él sería más sencillo que te lo contáramos (pronunció).
-Ojala hicierais eso con todos (murmuró).
-Eso quitaría la emoción al asunto. Esto es una excepción y sólo porque beneficia a las dos partes y quieres mucho a una de esas partes (indicó su madre a modo de exploración).
-¿Quién es? (se impacientó).

Ya no le quedaban muchos amigos solteros; es más, desde su punto de vista sólo quedaban dos que estuvieran en edad casadera y no se imaginaba que ninguno podría ser del gusto del mago.

-Pues es Arthur Weasley (soltó sin más).
-Amor quedamos en que yo lo decía (Lily se quejó).
-Es que su cara echaba humo (lo señaló).
-Discutir cuando no estéis aquí y por favor explicarme mejor que creo que no he entendido bien (se puso serio).

Pues por lo que se imaginaba de ambos ellos debían de tener el papel de pasivo al estar con chicos aunque también podría ser que fueran como Moody y Shacklebolt. Aún así no se los podía imaginar juntos en un amor de adolescentes.

-A decir verdad. Ellos llevan años enamorados y no lo van a reconocer porque sería abrir una puerta que ambos sellaron. Uno por obediencia a su padre y otro por caer en una poción que lo mantenía drogado (aclaró lo que pudo).
-Amor, sigues necesitando tener tacto (lo corrigió).
-Es Harry, nuestro hijo y él se ha enfrentado a situaciones peores (objeto).
-Prefiero que eso no siga aumentando (respondió con fiereza).
-Vale, tú ganas (susurró preocupado).

El genio que puede tener Lily es milenario. Su hijo los miraba con los ojos abiertos como platos, realmente quería una relación como ellos, algo tan puro que llegaba al alma.

-¿Alguna vez vendréis sólo para hablar? (pidió).
-Eso lo haremos cuando estés aquí. Con un tiempo eterno. De momento no podemos estar abriendo estos portales a este mundo. No es nada sencillo, ya deberías saberlo (su madre se entristeció)

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora