Lovegood y Longbottom

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Esta vez no pasó mucho tiempo. Ambos necesitaban respirar para continuar con vida y Harry sabía que sus amigos y familiares estaban esperando en la sala de espera.

-Lamento decir que ya han llegado mis amigos. Si quieres acompañarme a la sala de espera, adelante; pero con la cara tan roja como la tienes yo no lo haría (soltó).
-Es tu culpa y tranquilo. No hace falta que te acompañe pero me puedes dejar eso (señaló su muñeca).
-Claro, así siempre que te quiera ver vendrás (sonrió ante esa idea).
-En realidad es porque a los niños les gusta y tengo que ir a esa planta (le sacó la lengua).
-Mientras me tengas en mente no me importa aunque no deberías de trabajar tanto. Te dijeron que estás exclusivamente a mí servicio (le recordó).
-Es sólo que esos niños son lo que más me gusta de este hospital y no quiero dejar de verlos (explicó).

Como que no lo dejan rondar solo Harry se apareció en la puerta de la sala. Entró y en cuanto lo hizo Luna salió corriendo a abrazarlo. Ahí fue cuando notó lo mucho que había crecido porque Luna llegaba por su pecho y él nunca había sido tan alto. Debía acostumbrarse a su nuevo cuerpo.

-Tú deberías estar en cama (lo regaño).
-Pues no leas el periódico dentro de una hora (soltó).
-¿Qué pasó? (se preocupó).
-Tuvimos un ataque de dementores. Pero tranquilos no ha habido nadie grave y tuvimos ayuda (susurró).
-¿Quienes estaban contigo? (lo interrogó).
-Kingsley y Alastor (respondió).
-Me ha sorprendido que mandarás a dos sanadores para que nos avisarán (siguió).
-Yo sólo pedí que os avisarán. El como no fue cosa mía (se sintió mal).
-Neville vienes (lo llamo con su dulce voz).
-Claro (se levantó).
-Antes de que me acompañéis a mi habitación traer a vuestros familiares (los detuvo Harry).

Estos se miraron entre ellos confundidos. Su amigo no tenía ninguna relación con el señor Lovegood y menos con la matriarca de los Longbottom. Aún así le hicieron caso y los 4 siguieron al joven Potter a su habitación.

-Quería que vinierais señora Longbottom y señor Lovegood para agradecer el haber criado a unas personas tan maravillosas y antes de que me detengáis quiero dejar en claro que sin ellos está guerra no se habría ganado. Por ello quiero pediros a ambos como los representantes de las familias y los que estáis a cargo que me permitan hacer dos cosas (fue sincero).
-Adelante (habló Augusta Longbottom).
-Señor (lo miró).
-Sabes que tras lo que te he hice no me siento digno de estar en tu presencia y me arrepiento. Aún así aceptaré cualquier cosa que necesites (soltó).
-Pues quiero que me hagas una entrevista y que lo publiques en el quisquilloso. Estoy seguro de que hay otros pero tú fuiste el primero en apoyarme y aunque fallarás en un momento eso no juzga como eres ni cómo es Luna. Si hubieran secuestrado a uno de mis padres tal vez habría hecho lo mismo (lo alentó).
-Gracias muchacho (sonrió encantado con su forma de aclararlo).
-Con usted Augusta Longbottom tengo algo más importante de lo que hablar. Tengo entendido que he de asumir el puesto de mi padre en el Wizengamot y que he de ser presentado como Lord Potter pero no conozco las condiciones y mucho menos las costumbres. Me encantaría poder reunirme con usted unas 3 veces por semana para que me enseñe todo lo necesario (fue claro).
-Eso sería todo un honor (aceptó encantada).
-Genial (suspiró aliviado). Señor Lovegood podemos comenzar con la entrevista. Tienes pergamino y pluma o pido que lo traigan (lo miró).
-Yo tengo (dijo Luna).

Sacó de su bolsito de mano, uno pequeño un pergamino enorme un tintero y una pluma.

-Si quieres escribo lo que sea que diga y tú le haces las preguntas (se ofreció).
-Eres de gran ayuda cariño (comentó con amor su padre).
-Nosotros os dejamos solos (anunció Augusta Longbottom).
-De eso nada. Neville va a contar cómo mató a la serpiente y va a salir en el período (objetó).
-Pero (intentó negarse).
-No pienso aceptar un no por respuesta. Ambos vais a salir en la foto explicando el relato completo de Neville Longbottom quieras o no (aseguró).
-Así se habla. Está bien (se sentó).

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora