Tenías que ser tú

Weasley

El señor Weasley espero a que el sanador cerrara la puerta para hablar. No comprendía por qué Harry los estaba llamando de uno en uno y menos por qué lo dejaban a solas. Además, aquel patronus lo ponía nervioso. Ocupaba todo el espacio de la habitación salvo dónde él o Harry estuvieran.

-Puedes hacer que su tamaño sea un poco más pequeño o deshabilitar el hechizo (pidió nervioso).
-No sé si puede ser más pequeño (dudó unos segundos).

Miró al patronus y de repente este encogió hasta quedar alrededor de su cuello. Dando vueltas en este en círculos y haciendo que ambos se quedaran boquiabiertos.

-Harry, eso es un dominio de tu magia sorprendente (lo felicitó).
-No sé lo que hago, simplemente pensé en lo que me pediste y cambio (aseguró).

Aquello lo resultaba tan difícil de explicar. Potter pareció confundido y no le quedó más remedio que dejarlo pasar.

-Eso lo hace ser más sorprendente. Por cierto; ¿sabes que Kingsley me ha pedido que sea su secretario personal? Una especie de ayudante (cambió de tema).
-No lo sabía pero me parece bien. Ya va siendo hora de que el mundo mágico reconozca a los Weasley como parte importante de las familias de magos (respondió con orgullo).
-Gracias (se sonrojó).

Las mejillas pasaron a tener casi el mismo tono que su cabello. Nunca pensó que Harry Potter lo tuviera en tan alta estima.

-Señor Weasley, hay varias cosas que quiero hablar contigo (comenzó apenado).
-Llamame Arthur y habla de lo que quieras sin problema (contestó).
-Primero de todo. Es sobre su hija, Ginny. Sé que debe de estar al corriente de que durante un par de meses de mi sexto año escolar mantuve una relación con ella (este asintió). También debería saber que rompimos poco después (volvió a asentir). Por más que la haya dicho creo que alberga esperanzas de salir conmigo una vez se calmen las cosas y lamento informarte que eso no será. Desde hace tiempo e pensado que debo de ser más sincero conmigo mismo y aunque su hija me parece guapa no voy a poder amarla como se merece. A mí me gustan más los hombres y no quiero que ella sufra por mi (fue directo).
-Esto... (se quedó paralizado).

Como la mayoría de magos, no veía mal una relación de hombres; después de todo entre ellos pueden tener hijos gracias a la magia y más si son tan poderosos como Harry Potter. Pero nunca pensó que precisamente él fuera a ser tan amable a la hora de expresarlo. Si bien, él mismo se debatió con ese dilema nunca antes pensó que eso sería algo que todos los magos tuvieran que sopesar.

-Harry, a mí no me importa con quién quieras salir (aseguró).
-Solo quería que no se molestara cuando pida hablar con Ginny a solas, quiero dejárselo claro y espero hacerlo entre hoy y mañana (respondió).
-Me parece razonable (comentó).
-Ahora bien. Necesito resolver unos cuantos asuntos importantes, primero de todo, quiero hacer una prueba de herencia de sangre y quiero que venga un duende para llevarla a cabo. Tengo entendido que hay varias cámaras de mis antepasados que llevan milenios selladas y al haber realizado este cambio espero poder acceder a ellas. ¿Podrías conseguir que tu hijo Bill trajera a alguien de confianza? (siguió).
-Claro. Aunque eso me haría tener que ir a casa (eso no le gustaba).
-Con que Kingsley y Alastor se queden para vigilar que estoy aquí es suficiente. Si quieres puedo decirles que estén conmigo en la habitación y así puedas llevarte a Sirius con tu familia. Descansar un poco y venir para la hora de la comida, os invitaré a lo que queráis (aseguró).
-Eso es muy generoso por tu parte (se preocupó).
-De eso nada, sois los que más me habéis acompañado así que merecéis lo mejor en todos los aspectos (replicó).
-Creo que eso alegrará a Molly (musitó).
-De eso quería hablar más profundamente contigo (susurró recordando lo que dijo su madre).
-Claro (sonrió).
-Tu y tus hijos me caéis muy bien, todos sois fascinantes; incluso Molly. Pero no voy a dejar que ella esté en mi presencia (sentenció).
-Te has enterado (volvió a ruborizarse).