Tenías que ser tú

Con los Lilith

Por desgracia de Potter y Snape los tíos de Lilith les enviaron una carta informando que su presencia era requerida durante el fin de semana de acción de gracias. Qué el viernes debían de ir ya que entendían que el jueves no podían dejar las clases ni el viernes por la mañana y que su hijo no aceptaría que le obligarán a faltar a sus clases. Se toma los estudios con una seriedad que ninguno de sus hijos lo ha tenido antes y eso que tienen muchos.

Se irían el viernes antes del banquete de la cena y llegarían a las 19:30 a la casa principal de los Lilith.

Cuando contestaron que irían les advirtieron que el domingo se irían tras el desayuno pues Potter debía estar con sus hijos. Tan sólo tenía los fines de semana para pasar con ellos y le molestaba que alguien lo alejara de ellos. Los que son videntes comprendieron que debían aceptar su palabra.

Lo complicado fue explicarle a McGonagall que debían irse un día antes de lo normal y que no volverían hasta la noche del domingo. Se molestó mucho con ellos pues sin estos por ahí para frenar a los alumnos tienden a comportarse con más locura de lo habitual pues los temen a ambos y cada vez que se van lo nota. Comienzan las bromas y el escándalo va en aumento.

-¿Qué va a pasar? (le preguntó Snape).
-Es el compromiso de Bárbara con Remus y es obligatorio que toda la familia esté presente. Un dolor de cabeza pero al menos nos liberamos de un día y medio (suspiró).
-Remus no me ha dicho nada (mencionó Potter).
-Porque no se lo ha pedido todavía. Lo va a hacer la semana que viene, es lo malo de tener a tantos videntes en la familia, no se puede hacer ninguna sorpresa y como suele ser complicado reunirnos lo están planteando con antelación. Lo bueno es que ya no os van a poner a prueba, lo malo que Remus podría descontrolarse si intentan ponerlo a prueba (contestó con placer).
-Alguien debería de avisarlo (indicó Potter con una sonrisa de malicia).
-Yo no pienso hacerlo, dudo que Bryan lo haga porque sería como traicionar a su familia y por lo que puedo ver en tu cara tampoco se lo vas a decir (se alegró).
-En realidad él planea decírselo el viernes cuando lleguemos para sobre avisarlo de las siguientes. Ya que el sábado van a comportarse como animales con él (estaba preocupado y no podía hacer nada).
-Es un gran mago (Potter lo calmó).
-No me preocupa nada su magia, lo que me tiene así de mal son sus habilidades de hombre lobo, los gemelos tienen un carácter horrible (indicó).
-Por eso no pasa nada. Fue amigo de mi padre y de mi padrino Sirius en su peores tiempos. Sabrá cómo actuar con los gemelos (aseguró).
-Por desgracia tienes razón (mencionó).

Por más que ame a Potter, a Harry Potter, está seguro de no ser capaz de convertir a Sirius Black o James Potter en sus mejores amigos. Es lo bueno de tener al hijo del segundo como su pareja, que ya no debe de preocuparse porque lo hagan algo malo pues Harry jamás se lo perdonaría y esos dos nunca harían algo que lo moleste.

Un fin de semana cuando se mudaron a Peace Bryan aprovecho uno de esos escasos momentos que tenían a solas para encararse a estos.

-¿Qué os pasa? (se preocupó).
-Nada (dijeron a coro).
-A no. Sí que os pasa algo. Antes no me dejabais ni un maldito segundo a solas y ahora me ignorais por completo (replicó).
-No es cierto. Nos vemos todos los fines de semana. En las clases y cuando estás en el campo de Quidditch ya sea entrenando o jugando (contestó Snape).
-Pero antes os asegurabais de que pasara las tardes con vosotros. En el despacho de alguno (hizo un puchero).
-No es que la idea no nos tiente. Es más, por nosotros te pondrías a estudiar desde casa y te mantendríamos encerrado en uno de los dos despachos (Potter vio lo que pasaba).
-¿Pero? (no lo entendió).
-Bryan tienes 14 años, tienes que vivir una vida lo más normal posible y que nosotros estemos encima en todo momento no te hacía bien (explicó Snape por encima).
-Lo que quiere decir es que queremos darte tu espacio y permitirte que escojas los momentos que pasas con nosotros. Siempre que quieras puedes venir y si te da vergüenza mándanos un patronus (aclaró Potter).
-Yo... (se sonrojo). Pensé que ya no queríais que fuera a vuestros despachos (murmuró).
-No es eso. Es que Luna nos dio una pequeña charla y comprendimos que debes de tener tus propios amigos. Yo no sé qué haría sin ellos, los quiero como tú a tú familia y espero que tengas la oportunidad de hacer amistades tan duraderas como la mía (lo alentó).
-Gra... gracias (titubeó).
-Anda. Ven aquí (Snape tiró del joven).