Al fin juntos

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Después de todo lo que había estado sintiendo esos meses, pasaría la noche entera con Snape. No lo dejaría ir hasta las 6:00 que tienen entrenamiento. Estaba demasiado emocionado como para que se le negara lo que tanto había anhelado. De haber sabido que Snape se convertiría en su pareja destinada no se habría reprimido durante tantos meses. A Potter se le estaba haciendo la boca agua de sólo pensarlo.

Snape pensaba lo mismo. Llegado ese punto le daba igual ser el de arriba que el de abajo. Hasta ahora nunca ha dejado que nadie lo posea pero desde que vio el dorso de Potter y se imaginaba su pene no le importaba en lo absoluto dejar que su compañero lo tomara, ya habría tiempo para cambiar de posición o tal vez le gustaba tanto que podía sentir más placer desde el otro punto. Nunca se planteó ser el primero en metérsela, no tras lo que escuchó de las hermanas Lilith y Bones a escondidas.

Los 3 en una de las fiestas se pusieron a hablar de sus relaciones sexuales con Potter y él al pasar desapercibido pudo oírlo alto y claro. Fueron bastante explícitas en lo bueno que es en la cama y en lo bien que sabe dar con este en el lugar que más las hace gemir. Sintió envidia y ganas de robar sus recuerdos para poder verlos pero al estar tan excitado tuvo que ir al baño a desahogarse.

Desde ese momento sintió unas ganas horribles por tener esa polla dentro de su ano y dejar que hiciera con él lo que quisiera. Algo que no pensaba dejar que nadie hiciera. Estaba enamorado, por Merlín, estaba tan jodidamente enamorado que haría lo que fuera por seguir junto a Harry.  Hasta ese instante jamás pensó que era tan posesivo. Tuvo unos cuantos amantes a lo largo de los años y nunca sintió algo como esto, tenía miedo, no lo podía negar pero no iba a dejar que ese maldito miedo lo paralice.

-Potter, ¿podemos hablar? (preguntó).

Se lo quedó viendo fijamente, se le estaba haciendo la boca agua con sólo pensar en ello.

-Creo que hemos hablado suficiente (contestó).
-Quiero que me hagas el amor (resumió).

Potter abrió los ojos como platos. Por lo poco que había averiguado de Snape él era el de arriba. Eso lo alegró mucho, le estaba dando un privilegio que no tiende a dar a nadie. No pudo contenerse y lo besó con fuerza, anhelaba esos labios; por más besos que se hubieran dado esto era nuevo, no se lo esperaba.

-Yo... (jadeó ante la idea).
-¿Sí? (lo miró con alegría).
-Quiero que me toques, quiero experimentar todo contigo; que tus labios cubran cada centímetro de mi cuerpo (anunció).
-Tus deseos son órdenes (musitó con placer).

Comenzó a besar su cuello. Fue bajando por este con cada pequeño roce, un mero toque y a medida que iba bajando la ropa desaparecía. Con la piel al descubierto, comenzó a tocar sus pezones. Luego los besó, se estaba excitando, en realidad los dos se estaban poniendo un poco cachondos aún así, Potter estaba consiguiendo reprimirse mientras que Snape sólo conseguía evitar gemir, seguía poniéndose cada vez más duro.

-Potter, estás volviéndome loco (lo besó).
-Llamame por mi nombre (le pidió).

Le hizo un chupetón en el cuello antes de darle un beso profundo. Por Merlín que iba a disfrutar del proceso, lo haría sentir cosas que nunca había experimentado.

-Harry (jadeó).
-¿Puedo seguir por aquí? (indicó con los ojos a su pantalón).
-No hace falta que preguntes. Besa donde quieras y toca donde quieras (suplicó).

Ese tono tan sumiso es lo que tanto le fascina. Nunca pensó que lo diera tal alegría, que se lo pasara tan bien escuchando su voz. Podría oírlo hablar por horas sin aburrirse y quería tratarlo como se merecía, los iba a cuidar más que a nadie.

Recorrió su cuerpo y al llegar a la parte baja le quitó la ropa poco a poco. Primero el pantalón, cuando fue al calzoncillo lo hizo con la boca. Siempre quiso probar a desvestir a alguien de ese modo.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora