Bóveda Peverell

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El matrimonio se miró con incredulidad. Habían visto la cantidad de papeleo que tenía que completar, daba para 4 columnas de casi 6 metros de altura. Ningún humano podría lograrlo pero el joven Potter lo hizo como si la cosa no fuera con él.

Los duendes se subieron emocionados al vagón que los conduciría a la cámara de los Peverrel, la otra la visitarían después ya que Potter no especificó ningún orden y para ellos la curiosidad era mayor.

Las cámaras más grandes y mejores protegidas, pertenecientes a las más antiguas familias de magos, yacen en lo más profundo del banco protegidas por poderosos encantamientos; únicamente se pueden abrir si el duende toca la puerta con su mano y pida que se abran y únicamente el duende lo hará si el que va a entrar es un miembro de la familia que tiene la bóveda. Si alguien intenta hacer lo que los duendes hacen para intentar abrirlas, quedará atrapado en la bóveda. Estas bóvedas de mayor seguridad pueden estar protegidas también por criaturas, como dragones y esfinges, y hay que pasar por fuertes barreras contrahechizos que deshacen todos los efectos de los encantamientos o pociones puestos en los visitantes para evitar intrusos escondidos bajo la poción multijugos, maldiciones protectoras o encantamientos desilusionadores. Una de estas barreras es la Catarata de los Ladrones, lugar donde acaba una de las ramificaciones de las vías para vagonetas y que protege una estancia, morada por un viejo dragón protector que se controla sólo con unas varas que únicamente las poseen los duendes. 

En esta lúgubre sala están las puertas de las cámaras de mayor seguridad del banco. Allí, los objetos no pueden ser convocados por Accio y tienen maldiciones como la Geminio, que hace que, si se tocan sin haber levantado la maldición, los objetos se multipliquen para que el ladrón no pueda identificar el verdadero y la Flagrante, que hace que los objetos ardan al tacto si se tocan. Estas cámaras, aparte de guardar dinero, guardan antiguos objetos valiosísimos y joyas.

El recorrido fue más rápido que nunca, Harry dedujo que se debía a las ganas que tenían de entrar en la bóveda. Se bajó de un saltó y dejó que los hermanos Weasley ayudaran a los duendes. 

-Por aquí (dijo el mayor de los duendes).

Los demás lo siguieron hasta una puerta, esta no se parecía en nada a ninguna que hubieran visto antes, como no, es por eso por lo que todos los duendes parecían tan emocionados, debe de llevar tanto tiempo sellada que la curiosidad les carcome por dentro.

-Hermosa (se alegró).

-Claro que lo es, es una de las más antiguas que hay (aseguró).

-Tengo entendido que las bóvedas antiguas son fascinantes (mencionó Bill emocionado por poder ir).

-Lo son (dijo uno de los duendes, el más joven de ellos).

-Callar (mandó otro duende a todos).

Se hizo silencio, tres de ellos tocaron distintos puntos y el mayor pronunció unas palabras, claramente estaban pronunciando el hechizo para quitar el sello de la cámara. Eso los tomó casi 8 minutos desesperando un poco a Potter. Con eso de que su cerebro ahora funciona mejor, es justo eso lo que lo tenía agobiado, cómo puede haber una persona sobre la tierra que es capaz de procesar tanta información, porque su cerebro va más rápido que el de los demás. Tras un minuto aprovechó para revisar todo lo que había aprendido de medi-magia. Comprende que no hay nadie capaz de entender todo lo que estaba sucediendo en sus pensamientos.

-Listo, entremos (sonrió).

La puerta se abrió con lentitud, no como las otras que vio, Sino que se introdujo en la pared casi por completo, ambos lados de esta. Eso los dejó a todos anonadados, nunca habían visto que una puerta se pudiera abrir de ese modo. Desde ahí se pudo observar una especie de Hall enorme con un total de 5 pasillos por los que ir, delante de cada uno de los pasillos ponía lo que había en ellos. 

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora