Tenías que ser tú

SB más perdición

El inigualable Sirius Black, aquel que nunca dejaría que nadie lo viera aterrado y que vivía con libertinaje. Había estado demostrando que podía vivir sin amar que él no se rebajaría a algo tan ridículo como era el amor y que podía vivir como le apetecía sin rendir cuentas a nadie o al menos es los que pensó. Hasta que un día todo se le vino encima.

Debía de admitir que jamás pensó que eso era posible. Cuando sintió que algo se movía en su interior se alteró mucho. Fue hacia la casa de su ahijado, aterrado, en realidad fue a la habitación que este tiene en Hogwarts. Aquello lo tenía muy mal, tan cerca y a la vez tan lejos de lo que quería.

-Potter. Harry. Potter, por favor necesito hablar contigo (gritó).

El aludido se apareció a su lado.

-Merlín Sirius, no hace falta que alces la voz (lo regañó).
-Yo... Lo siento (agachó la cabeza).
-¿Qué deseas? (preguntó).
-Hablar y por Merlín necesito la verdad (suplicó).
-Adelante (señaló al sofá).

Se sentaron y Dobby les trajo dos bandejas de dulces variados con té.

-Y bien (lo miró).
-Necesito saber qué hay entre tú y Charlie Weasley (dijo).
-Joder Sirius otra vez con esto. Te he dicho mil veces que no tengo una relación con él (espetó).
-Pero os lleváis demasiado bien. Incluso mejor que cuando estabas con Ron y Hermione, vuestra amistad me pone nervioso (pronunció).
-Eso lo sé mejor que nadie. Si quieres que te cuente todo dime primero qué sientes por él (se puso serio).
-Yo... (agachó la cabeza).
-Si quieres que te lo cuente reconoce de una vez por todas lo que sientes (insistió).
-Joder Harry, no me puedes hacer esto (se sintió mal).

Esto iba mal. Potter podía sentir que las cosas se estaban saliendo de control, al menos no veía que fuera a hacer nada apropiado. Ahí se hizo la luz. Eran mediados de octubre, así que el embarazo de este debía de estar si mal no recordaba en su tercer mes.

-Papá, mamá (sonrió).
-Harry (se abrazaron).
-Ahora Sirius ven aquí (pronunció Lily con fiereza).

A lo que Sirius retrocedió. El pánico estaba reflejado en su rostro.

-Sirius Black (llamó con fuerza).
-Yo creo que debería irme (pronunció).
-De aquí no te mueves. Llevas más de un año volviendo loco a mi pequeño (soltó).
-Yo... (musitó).
-Silencio. No tienes derecho alguno de ocultar lo que sientes por un buen chico, él está enamorado de ti y tú de él. Lo estás destruyendo por completo al negarle tu amor (James se puso echo una furia).
-Yo... (eso lo descolocó por completo).
-Si no lo haces porque tienes miedo lo entiendo pero por Merlín, estás esperando un hijo. Al menos eso te debería de importar (continuó regañandolo).
-Claro que me importa, de no ser así no estaría hablando ahora con vosotros (indicó).
-Pues habla con quién tengas que hablar y resuelve tus problemas internos antes de romper el corazón del joven por completo (mencionó James a su favor).
-¿Me echarais una mano para conquistar a Charlie? (miró a Harry).
-Por Merlín llevo tiempo intentando hacerlo. Desde luego que te echaré una mano (sonrió).

Sirius lo miró confundido. Los Potter se fueron dejándolos a solas después de que Lily lo gritara.

-Ahora qué admito que me gusta Charlie me puedes contar de una vez por todas a lo que te refieres con que no sois amantes (pidió).
-Vale. No grites por favor (suplicó).
-Me estás poniendo nervioso (se preocupó).
-Pues mis padres me contaron una cosa cuando estaba en el otro lado. Algo que cambió todo por completo, resumiendo el asunto para que no te alteres más; Charlie es mi hermano, es un Potter (pronunció).
-¡Qué! (gritó).

A lo que Potter se llevó las manos a los oídos e hizo una mueca de dolor.

-Dije nada de gritos (protestó).
-Explícamelo mejor (pidió).