Tenías que ser tú

Orden del Fénix

Al ver que necesitaba hablar con los demás los hizo a todo aparecerse en el despacho del ministro que nadie estaba usando. Luego les puso delante a cada uno una silla y se sentó. Los había colocado en círculo para que  se pudieran ver entre ellos.

-Joder Harry, ¿cuánto poder tienes ahora? (preguntó Minerva sorprendida).

Minerva McGonagall es una bruja alta, severa, de unos setenta años de edad. A menudo llevaba una túnica de color verde esmeralda o su patrón de tartán favorito. Lleva un sombrero puntiagudo inclinado hacia un lado, y siempre tiene una expresión muy remilgada. Rara vez deja su cabello negro hacia abajo y la mayoría de las veces lo tiene peinado hacia atrás en un moño apretado como en esta ocasión.

-Se supone que aquí nadie se puede aparecer; bueno, dentro del ministerio hay limitaciones para hacerlo pero poder entrar al despacho por aparición debería ser imposible (comentó Dumbledore).

A lo que Harry se limitó a encoger los hombres, desde luego que debería de ser imposible y eso lo debió de haber pensado antes. Lo que pasa es que ahora con sus nuevas capacidades con las que casi no tenía límites y que lo permitían usar la magia sin pronunciarla y sin varita, no podía evitar intentar las cosas. Aunque algunas veces se daba cuanta a tiempo de que no debería de poder hacerlo y sacaba la varita para lanzar los hechizo fingiendo mover los labios para que los presentes no sospecharan nada.

-¿Harry? (esperaban una explicación).

-Creo que por esto del cambio que he sufrido mi magia ha aumentado tanto que ahora donde se supone que debería de haber barreras para mí no las hay (contestó).

-Eso deberíamos verificarlos mejor (comentó).

-Arthur, dejaré que me pongáis a prueba si es necesario pero en este momento creo que es más importante hablar de otras cosas (pidió).

Todos estaban expectantes. Nunca habían visto a Potter tan calmado ni menos con una serenidad como aquella, reflejaba paz en todas sus facciones y lo que era mejor, hacía que todos quisieran prestarle atención. 

-Nadie te va a interrumpir (aseguró Minerva).

Alguno quiso replicar pero los miró de forma inquisitoria, esa mirada que tantas veces lo había echado a él, por lo que Potter sentía respeto por aquellos que siquiera se habían atrevido a contrariarla. Comprendiendo que lo dejarían empezó a hablar.

-No quise mencionar mucho con respecto a los que han "resucitado" porque primero quería hablar con vosotros (indicó el tema).

-¿Por "resucitados" te refieres a los 4 que se aparecieron en medio de la batalla y que deberían de estar muertos? (preguntó Dedalus).

-Justo de esos 4 que resulta que también vinieron con Dobby, el elfo domestico que es mi amigo y que se llevó a Arabella Figg (aclaró).

-¿Qué pasa con ellos? (quiso saber Megan).

Megan es una bruja con muy buen manejo con los hechizos, al menos es lo que podía recordar de ella durante la batalla, con el cabello castaño, lacio, los ojos azules y de unos 30-35 años.

-Nada malo, al menos no por ahora. A algunos como Arthur y Kingsley que estuvisteis en el hospital con ellos habéis oído la historia de primera mano, ahora os la contaré yo para que todos estéis al tanto (siguió).