Al aterrizar la madrugada del jueves, no fueron capaces de descansar ni un segundo pues directamente Zhong Chenle los guió a un puerto donde terminaron abordando el enorme yate de lujo que los transportaría a aquella isla donde, en dos días más, finalmente se llevaría a cabo la tan esperada boda.
Con lo amplio del nuevo medio de transporte, Yura entonces pudo quedarse por un rato sola en la proa, apoyándose de la baranda, sintiendo la fría brisa golpeteando en su piel, sin bonitos modelos buscando sacarle alguna conversación trivial o un guardaespaldas medio hostigándola para que le consiguiera una cita seria con su mejor amiga.
Después de más tiempo del que se permitió admitir había pasado, Yura sencillamente se tomó la libertad de respirar profundo y admirar las vistas, disfrutar de un par de vasos de aquel cóctel quizá demasiado dulce que el rubio estuvo repartiendo. No parecían tener mucho alcohol, y eso era algo que Yura agradecía pues la verdad es que no tenía una buena relación con éste. En pocas ocasiones se relajaba lo suficiente como para beber, pues estando consiente de que tan solo hacía falta una bastante pequeña cantidad de tragos para embriagarla, por lo general no aceptaba más que una copa de champaña de aquellos sosos eventos a los que debía asistir.
Ahora, rumbo a la boda de una de las personas más importantes de su usualmente impersonal vida, Yura no vio en realidad demasiadas razones por las que ser igual de estricta consigo misma. No había día en el que no aprovechara cualquier espacio libre para seguir trabajando. No obstante, ya estaba allí, no había mucho que pudiera hacer más que darse ese merecido descanso que por tanto había estado postergando.
En una de las grandes cubiertas de la embarcación, los habían recibido con un par de mesas repletas de variedades de bebidas, así como pasteles y frutas, bocadillos, una buena música de fondo –con una agradable banda en vivo–, todo lo necesario para hacer del viaje de dos horas lo más satisfactorio posible. Los Zhong eran buenos anfitriones, de eso no había duda. Ya estaban todos los invitados de la boda, navegando en conjunto para el destino final, charlando entre sí en el cálido ambiente para familiarizarse puesto que estarían relativamente juntos por todo el fin de semana.
Siendo tan llamativos como siempre, los de Full-Sun ya habían entablado conversaciones bastante amenas con distintos amigos de Chenle, los familiares de Jisung –ya que la mayoría de los del rubio se negaron a asistir, aunque eso no parecía bajar su ánimo–, e incluso con el personal del yate. La verdad, muchos los abordaron amablemente con el mero propósito de quizá cumplir un sueño; sin embargo, fue Renjun quien se acercó a cierto chico, ofreciéndole un whiskey doble en las rocas pues lo había escuchado en el avión.
—Oh —Jaemin bajó la vista al vaso de vidrio antes de devolverla a la cara del otro, que llevaba una sonrisa. Ya Chenle los había presentado y habían podido hablar tan solo un poco, apenas unos minutos antes de tener que abordar el vuelo. No sabía mucho más sobre él que lo que cualquier otro podría, basado en los medios—. Gracias —sonrió también al aceptarlo –y es que ya tenía ganas de uno, con toda la gente celebrando a su alrededor–, haciendo una leve reverencia que Renjun recibió con una risilla simpática.
—No es nada —respondió, sentándose a su lado en la amplia mesa que ocupaba solo. El resto de los invitados estaban demasiado enfocados en las relaciones sociales, brincando de un grupo a otro, como para permitirse tomar asiento—. Mi intención con este viaje, por supuesto que además de asistir a la boda de Jisung, era dejar el trabajo de lado por un rato —comenzó, captando la completa atención de Jaemin, quien asintió para mostrarle que así era. Él, por su parte, era una persona a la que gustaba hablar, así que por lo menos le aliviaba no tener que unirse al circo que se estaba desenvolviendo ahí para poder entretenerse charlando con alguien—. Nos hace mucha falta, a veces es necesario, pero todavía hay algunos que aún sabiéndolo perfectamente se niegan a descansar...
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Pose || Na Jaemin
Fanfiction"¿Se suponía que de alguna forma comenzaría a trabajar con el tipo que en poco más de tan solo un fin de semana la tenía... como sea que la tenía ya Na Jaemin? Oh, Yura subestimó el poder de la vida para complicar las cosas." Jeon Yura, una famosísi...