—¡Jeon Yura! —exclamó el japonés, llegando frente a ellos con los brazos abiertos y luciendo sus perfectos dientes. El modelo ideal, en un impoluto traje negro hecho a la medida y su dorado cabello cayendo cual cascada hasta sus hombros. Imposible tomar a la ligera su inherente atractivo—. No tienes idea, ¡todos han estado hablando de ti desde que entraste!
Y, así de sencillo, su humor se volvió amargo de nuevo.
—Nakamoto —retornó Yura el saludo, a posta drásticamente más formal, hasta con una corta reverencia con las manos juntas frente a su cuerpo. No quería dar ningún indicio de familiaridad entre ellos, porque la verdad es que no había. Contuvo la mueca escondida tras su tan solo apática expresión—. Hm, supongo que no me he fijado —se forzó a responder, aunque sin ocultar demasiado el disgusto en su tono.
Él no pareció inmutarse, y se volvió a los otros dos a cada lado suyo— Huang Renjun-sshi, Na Jaemin-sshi —pero, tras apenas ellos corresponder a sus asentimientos, su atención estuvo nuevamente en la modelo—. Me alegro de que hayas podido venir. Es en verdad un lujo para mí poder tener a Jeon Yura en una celebración a mi nombre —dijo, en un audaz movimiento recorriendo su desnudo brazo con el dorso de la mano hasta llegar a la suya, que tomó aprovechando el factor sorpresa. Rodeados de prensa –que realmente tenía los ojos clavados en ellos dos–, ella no fue capaz de sacudírselo como habría querido sin armar un alboroto.
Y antes de que Yura pudiera soltar algo como que esperaba que regresara pronto a Japón y no volviera más nunca, Renjun intervino— Oh, no habríamos ignorado jamás la oportunidad de asistir a desearle un cómodo regreso a casa —sonó, gracias a su experiencia, fresco. Incluso cuando nerviosamente rogaba que el japonés por su cuenta soltara a Yura antes de que a ella dejaran de importarle las barbaridades que pudieran llegar a decir los medios.
—Hhm —Yuta sonrió, escaneándola no tan sutilmente de arriba abajo—, pero es una pena que tenga que regresar sin haberte al menos llevado a comer alguna vez —comentó con ligereza sobrante, subiendo la otra mano para estrechar entre ambas firmemente la suya.
—Ah, no te preocupes por eso —dijo Yura, poniendo todo de ella en mantener su tono medianamente civil a la par de no rodar los ojos como bien deseaba. Renjun en cambio supo que ahora debía mantenerse al margen y dejarla ocuparse de esto, por más que peligrara con que lo ofendiera de por vida—. No pasaría incluso si te mudaras aquí.
Un momento de pesada tensión, con Renjun al borde de hiperventilar –sacando una millonada de cuentas mentales por lo perjudicial que terminaría siendo esta fiesta si lo único que conseguían era ofender al anfitrión–, y entonces Nakamoto rompió en carcajadas ante la ceja alzada de una descolocada Yura.
—¡Justo lo que esperaba que respondieras~! —arrulló Yuta, prácticamente con corazoncitos en las pupilas—. Me advirtieron sin parar que tenías una lengua bastante venenosa. Pero nadie puede culparme por intentarlo, ¿eh? —suspiró. Habiéndose calmado, le lanzó a la modelo otra de esas sus sonrisas matadoras que seguramente no fallaba en bajarle las bragas a cualquiera, y pasó a acariciarle la mano. Yura solo apretó la mandíbula, y mantuvo su mirada no obstante impacientemente—. Has de estar consciente de que eres la mujer de mis sueños, a este punto —"confesó", alzando las cejas—. No nos mintamos; el internet es indiscreto, y yo tampoco soy de guardarlo en secreto.
—Algo al respecto he escuchado, sí —asintió, ásperamente. Ojeó por un rato los movimientos de los dedos ajenos con obvio descontento, mas a Yuta no pareció afectarle en lo más mínimo.
—Ah, bueno. Eso es suficiente para mí. La oferta siempre estará en la mesa, espero que lo sepas. Así me case —aclaró, sacándole a la modelo al fin su famoso y bastante recurrente ceño fruncido. Entonces, por un segundo volteó sobre su hombro, a ver al montón de invitados esparcidos por el salón—. Sin embargo, lamento decir que ahora estoy ocupado. Ha sido un deleite verte otra vez, pero no es hora de hablar. Muchos a quienes saludar y recibir, ya ves. En fin... ¡Procuraré llamarte cuando vuelva a Corea, Jeon Yura-sshi!
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Pose || Na Jaemin
Fanfiction"¿Se suponía que de alguna forma comenzaría a trabajar con el tipo que en poco más de tan solo un fin de semana la tenía... como sea que la tenía ya Na Jaemin? Oh, Yura subestimó el poder de la vida para complicar las cosas." Jeon Yura, una famosísi...