Yura despertó cubierta de mullidas sábanas, su cabeza enterrada entre las gigantes almohadas del hotel, y por unos míseros segundos –en cuanto la fatiga reinó en ella para nublar sus sentidos– nada pareció estar fuera de lugar. Eso hasta que, intentando rodar sobre sí misma para cambiar de posición y volver a dormir aún más cómodamente, una punzada directo en su cabeza y un retortijón en su estómago se lo impidieron de la más agresiva manera. Gimió en dolor, y apenas dos segundos después de haberse movido un centímetro lo sintió.
A pesar de sentir sus extremidades pesar casi cinco veces más de lo normal, tuvo que salir disparada en instintiva dirección del baño, donde directamente cayó sobre sus rodillas para expulsar todo lo que pudiera de su estómago en el afortunadamente ya destapado retrete. Sus ojos se llenaron de lágrimas ante detalladamente sentir cómo subía a los golpes esta especie de grumoso líquido, que acompañado con inmediato e intenso ardor en su garganta la hicieron sentir débil, como hecha de papel.
Duró un rato algo largo tan solo tirada sobre los fríos azulejos del baño del hotel –que molestaban sus rodillas, aunque ese era el menor de sus problemas actualmente–, vomitando los rastros de la noche anterior.
Noche que, naturalmente, no recordaba. Poco más que el haberse confiado al aceptar los chupitos de Na Jaemin –que puede o no impulsara ella misma– y después aquellos dos cocteles, realmente. Tenía además la vaga imagen del chico pidiéndole bailar, tan, tan cerca que se estremeció de nuevo, ahí, mientras intentaba poner tanto su cuerpo como su mente en orden; sin embargo lo veía medio absurdo, tomando en cuenta lo apático que había demostrado podía llegar a ser con ella, así que solo lo tachó como puro producto de su boba imaginación.
Se sostuvo la cabeza con ambas manos, dejando los codos sobre la tapa del inodoro, y volvió a gemir cuando nuevamente sintió aquella insoportable presión que parecía intensificarse en sus sienes. No volvería a beber jamás, eso era seguro. Actualmente ni recordaba los sentimientos que la habían llevado a creer que cometer una imprudencia de tal grado era aceptable, y tampoco creía que de hacerlo pudiera validarlos. No cuando podía sentir cómo su estómago amenazaba con volver a devolver lo que fuera que llevara, aún cuando podría jurar que lo había botado todo ya en la primera ronda.
No había cosa que quisiera evitar más que el volver a vomitar, verdaderamente.
Con sus piernas temblando, se puso de pie poco a poco, apoyándose del inodoro por el camino. Hizo una mueca al inconscientemente echar un vistazo a la asquerosa cosa rosada que había soltado, y se apresuró a tirar de la cadena para después bajar la tapa. Caminó con algo de esfuerzo hasta el lavamanos, donde inmediatamente abrió el grifo y se inclinó para lavarse la cara con furor. Recogió un poco de agua acunando una mano, y entonces hizo lo mejor que pudo para enjuagándosela quitarse los restos del terrible sabor que llevaba su boca.
Mi cepillo de dientes... Pero lo buscó ahí donde lo había dejado, justo a un lado del grifo del agua fría, y no estaba.
Se puso de cuclillas en su sitio tras con desespero rebuscar por los alrededores sin señal alguna del cepillo, apoyando los codos de sus rodillas, y asimismo refregó su todavía húmeda cara entre sus todavía húmedas manos. El sentimiento de derrota que la invadió por algo tan sencillo como eso, solo por lo honestamente terrible que ya se encontraba, fue inmenso.
Lo último que necesitaba, sobre toda la culpa, arrepentimiento y auto-desprecio, era que ni siquiera pudiera lavarse los dientes tras despertar y vomitar como nunca antes lo había hecho.
Ah, Youngho –pensó, cuando acabó de soltar y limpiarse las pocas lágrimas de impotencia que irremediablemente se le escaparon–, quizás estoy en su cuarto, por alguna razón, por eso no está aquí...
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Pose || Na Jaemin
Фанфикшн"¿Se suponía que de alguna forma comenzaría a trabajar con el tipo que en poco más de tan solo un fin de semana la tenía... como sea que la tenía ya Na Jaemin? Oh, Yura subestimó el poder de la vida para complicar las cosas." Jeon Yura, una famosísi...
