Pose || Na Jaemin

pose | 05: cheers!

Johnny, crudamente y sin dudarlo por siquiera un segundo, no le dio permiso de salir en cuanto fue mencionado el modelo. Al explicarle que Jaemin solo pretendía llevarla a un bar, él se dedicó asimismo a explicarle todas las formas en las que podría romperle el brazo. Al agregar, sin embargo, que él podía acompañarla y además, idealmente, llevar a Dongwoo consigo, se montó a la modelo en el hombro y la llevó corriendo a su habitación para que se vistiera rápidamente. Él mismo se encargó de avisarle a Jaemin que sí irían –asegurándose de hacerlo con la más intimidante voz que pudo–, y así acabaron también con un Jeno que escuchó aquello al estar coincidencialmente caminando por el pasillo.

A las nueve y media, estuvieron los modelos y el sobreprotector guardaespaldas en las puertas del hotel, bien arreglados y listos para divertirse aquella noche en la isla. Yura, que esperaba hubiera una especie de tensión entre Dongwoo y Jaemin por cuales hubieran sido los eventos que lo llevaron a dormir en la habitación de su amiga, se vio sorprendida de tan solo verlos recibirse con sonrisas e incluso un abrazo corto. Ella, como Youngho, solo pudo quedarse mirando con el ceño un tanto fruncido al intercambio de palabras que compartieron por unos segundos.

No hubo ni un breve comentario con respecto a su apariencia de parte de Jaemin, y aunque Yura se dijo que era tonto, lo notó. Jeno, en cambio, silbó al verla y le hizo dar una vuelta en su eje, sosteniendo su mano y alzándola, recorriéndola con su hambrienta mirada y bañándola en cumplidos. Jaemin solo le dijo que le alegraba que hubiera conseguido el permiso de su guardaespaldas, y por más que hubiera hablado con esa linda sonrisa suya y notoria honestidad, había algo que le molestaba un poco a Yura.

Sencillamente no entendía, por más que supiera que tampoco era como si fuera obligatorio o algo así, por qué Na Jaemin no parecía afectado en lo más mínimo ante su presencia. Ella se había maquillado muy bien, se había puesto una blusa con un escote algo pícaro, llevaba unos ajustados pantalones de una tela similar al cuero que acentuaba sus largas piernas y respingado trasero. En el espejo, se veía divina. No entendía, por más que supiera que no era necesario, por qué Na Jaemin no parecía pretender más que ser excesivamente amable como desde un principio lo había estado siendo.

Tampoco entendía por qué, de hecho, se había puesto divina tan solo para ir a un bar con el chico, pero ese era un caso aparte que no buscaba analizar pronto.

Caminaron al lugar a pesar de que Dongwoo insistió en que podían tomar un taxi, bajo las indicaciones de Jaemin. Quedaba cerca, bastante cerca, y entre las esporádicas quejas de la morena –que solo pararon cuando Johnny se ofreció a cargarla y la timidez la derrotó– llegaron en menos de quince minutos. Había una larga fila, pero Jeno se negó a esperar y directamente sobornó al guardia de turno para que los dejara pasar sin miramientos. A los que llevaban horas formados y reclamaron al notarlo, tan solo les guiñó un ojo antes de entrar.

Y... no era un bar, era una discoteca. Una discoteca realmente popular, guiándose por el montón de personas aglomeradas apenas dar dos pasos dentro del lugar. En la oscuridad inmediata, Jeno pronto desapareció avisando que iría en busca de alguna chica con quien pudiera coquetear y llevar de regreso al hotel, mas el ambiente entero propició sin advertencia a asimismo ocultar al resto. Justo cuando Yura comenzó a temer por la enorme posibilidad de perderse en aquella basta multitud con aquella confusa oscuridad, una mano tomando su muñeca la ancló.

Recorrió con su vista de la mano hasta el dueño, y lo único que pudo ver bajo las cambiaste luces de neón fue la gran sonrisa de Jaemin y sus redondos ojos diciéndole que no entrara en pánico sin necesidad – estaban sus caras lo suficientemente cerca como para poder identificarlo. Solo le asintió en reconocimiento, a pesar de que su corazón dio un fuerte brinco por el contacto. Permitió que Jaemin la guiara entre los cuerpos danzarines hasta la barra, donde con algo más de claridad fue capaz de notar a su amiga junto al guardaespaldas a un lado de ellos.