Cuando Jeon Yura tenía diecisiete años, la madre de su mejor amiga Lee Dongwoo comenzó a vender ropa hecha a mano. La agradable mujer que la había recibido de brazos abiertos desde su muy temprana infancia, Lee Hyejin, siempre había disfrutado de coser, tejer, bordar y más que todo diseñar sus propias prendas; era su mayor pasatiempo, lo que todo el día todos los días hacía incluso distraídamente.
Había sido la forma en la que vio su propia madre viuda pudo llevarle comida a la boca a cuatro hijos, vendiendo hermosas piezas de ropa hecha a mano en pobres mercados municipales o a amigas y así, por lo que aquello era realmente parte de su vida. Le habían inculcado esas formas de arte desde prácticamente bebé – era algo que tenía aprehendido, dominado, y lo había retomado como pasatiempo más recurrente al apenas comienzo de su vejez, cosa que Dongwoo y su hermano Donghyuck disfrutaron al de vez en cuando lucir atuendos espectaculares y perfectamente hechos a la medida.
Gradualmente, legó al punto en el que Hyejin se interesó por confeccionar esa su ropa a una escala ligeramente mayor. Se preguntó si eso que sus hijos siempre le pedían porque sabían que ella podía hacer con sus propias manos productos mejores que los de cualquier tienda, también le interesaría a otros.
No lo haría con el mismo objetivo que su madre, quien literalmente recurrió a ello como una necesidad, sino como un hobbie que si de hecho le daba dinero o no, al final era lo mismo. Lo haría porque le gustaba, porque era buena en ello, y porque sencillamente le hacía ilusión ver si alguien más que los hijos que la aman y adoran era capaz de valorar su verdadero trabajo duro y apasionado.
Lo primero que hizo fue pedirle a Dongwoo y a Donghyuck que la ayudaran con el tema de la publicidad. Se sentía medio perdida en este nuevo mundo donde todo lo importante estaba en internet, cuando personalmente lo único que hacía con ello era consultar cosas puntuales –como el cumpleaños de algún famoso o por mera curiosidad cuándo era el día del perro. No sabía cómo crear un negocio bajo el mercado moderno –pues tampoco planeaba pasar horas y horas en un mercadillo como lo había hecho su madre– así que les preguntó si funcionaría el que ellos dos se tomaran fotos luciendo la mercancía y las publicaran en las redes para atraer clientes.
No tuvieron ningún problema, rápidamente le abrieron una cuenta de Instagram a su madre y comenzaron a publicar montones de fotos tomadas en improvisadas y divertidas sesiones entre ellos tres. La cámara, cualquiera que fuera, parecía amarlos; no importaba realmente si el atuendo era el mejor de la Señora Hyejin, los hermosos hermanos supieron desfilarlos como si fueran las prendas más caras del mercado, atrapando sencillamente la atención de quien se topara con la cuenta. Los hacían casi hasta necesitar hacerse con esa ropa, claro que también por el hecho de que genuinamente era estilizada.
Con el tiempo, la cuenta fue ganando más y más fama, hasta el punto en el que una considerable cantidad de gente buscaba comprar los originales diseños de la Señora Hyejin. La ropa era ciertamente única, no se hallaba en ningún anaquel, y la verdad era que resultaba de buena calidad. Más barata que en cualquier tienda, cabe destacar.
Con el pequeño y supuestamente insignificante negocio independiente despegando con tanto éxito, Hyejin pensó que quizá debían subir un poco el nivel. Tanto confiando más en su propia imaginación y creatividad al momento de los diseños –ser un tanto más atrevida con los mismos, como en el fondo siempre había querido pero jamás había creído que resultaría posible–, como haciendo de su método publicitario algo un poco más profesional.
Donghyuck le pidió a su amigo Huang Renjun que tomara las fotos –pues el chico en ese tiempo era el presidente del club de fotografía en su colegio– así como a su amigo más teóricamente apuesto, Lee Jeno, que posara en éstas, teniendo como pago el quedarse con toda la ropa que usara. El entonces rubio aceptó inmediatamente, arrastrando a Park Jisung también. Entonces, Dongwoo le sugirió a Yura lo mismo y la respuesta fue la misma.
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Pose || Na Jaemin
Fanfiction"¿Se suponía que de alguna forma comenzaría a trabajar con el tipo que en poco más de tan solo un fin de semana la tenía... como sea que la tenía ya Na Jaemin? Oh, Yura subestimó el poder de la vida para complicar las cosas." Jeon Yura, una famosísi...