pose | 10: ice cream.

2.3K 169 36
                                    

Tras una agradable tarde en la relativamente tranquila área de la piscina –soportando, como ya estaba acostumbrada por su trabajo, al agotamiento en su cuerpo y al menos gozando que las pastillas habían cumplido y en gran parte eliminado la sensación de martillazos en la cabeza–, Yura creyó que podría al fin acostarse temprano en la cómoda cama matrimonial de su habitación a la espera del siguiente día, que con solo la boda prometía ser lo suficiente agitado. Sin embargo, poco después de darse una ducha para quitarse el olor a cloro del cuerpo y meterse a un esponjoso pijama color lila, unos toques en su puerta y dos sonrisas resplandecientes le avisaron que había cambio de planes.

Terminó cenando con los prontos esposos, un Jisung de brillantes ojitos haciendo un millón de preguntas y más junto a un Chenle ocasionalmente dándole comida en la boca por lo distraído que estaba el pelinegro con Yura que ni tocaba sus cubiertos. Hablaron del modelaje y lo satisfecha que estaba Yura con manejar gran parte de la compañía Full-Sun, de la vida de Jisung ahora como inexperto y torpe amo de casa –que como pasatiempo había retomado lo que en verdad le apasionaba, el baile, en un estudio cerca de su departamento, y estaba más feliz que nunca–, de lo preocupado pero orgulloso que siempre estaba cuando Chenle escogía las locaciones más extrañas/riesgosas para sus fotografías y posteriormente cuando le enseñaba los preciosos resultados.

Fue grato, en realidad, a pesar de que toda la situación –Chenle mimando a Jisung, ambos viéndose como si fueran a derretirse por la sola presencia del otro, Jisung inconscientemente iluminándose cada que recordaba que se casarían en menos de veinticuatro otras– le recordara la falta de romance en su vida. No era nada nuevo, tampoco. Le pasaba cuando por la calle veía a una pareja caminando de la mano, compartiendo un batido en cualquier cafetería, cuando a alguno de sus modelos los iban a visitar al set con regalos y cientos de besos.

No era irritación lo que le provocaba, ni siquiera necesariamente tristeza. No sentía que le hiciera falta de eso, podía jurarlo. Solo era algo que tenía que reconocer no tenía, y que tampoco podía precisamente imaginar tener. No fantaseaba con el amor, sino con nuevas metas que cumplir en su carrera. Con mantener a Full-Sun en el tope, como se había estado encargando de hacer por los últimos años, con descubrir y guiar bellezas cada vez más únicas. Era algo que, sencillamente, no experimentaba a favor de continuar las cosas como a la perfección se habían dado.

El amor, indudablemente, sería una distracción que no quería ni podía permitirse. Aún así, cada que una situación de esas se presentaba, no podía evitar identificar cierto desazón asentarse en su pecho.

Y lo odiaba.



[🐹📷🐹]



De vuelta en su esponjoso pijama lila y cambiando canales en la pantalla plana frente a la cama en busca de alguna buena película con la que pudiera distraerse por un rato hasta que le diera algo más de sueño, su teléfono sonó para interrumpirla. Creyó haberlo dejado en silencio, ahora que estaba forzada a olvidarse del trabajo... Renjun y la Señora Hyejin la habían obligado a hacerlo después de verla en el aeropuerto chequeando el aparato maniáticamente cada que un timbrecito picaba de él.

Hizo una mueca al ver el nombre en pantalla, pero no tardó en atender— ¿Qué quieres ahora? —gruñó, más que tan solo mosqueada por la interrupción, recordando la millonada de regaños que había recibido de la morena –la única molestia de la tarde, ni siquiera los primitos de Jisung habían sido tan irritantes– en la piscina. Aún tras intentar detenerla desde un principio diciéndole que estaba consciente de lo imbécil que había sido, tuvo a Dongwoo por unos buenos veinte minutos chillando y chillando por lo irresponsable que había sido al emborracharse junto a un perfecto desconocido.

Pose || Na Jaemin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora