pose | 27: what i'd do for you.

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—Dije que no —mantuvo su ceño fruncido, sus ojos persistentes en los del manager por más que él la estuviera viendo cual si fuera a llorar pronto como último recurso para que ella aceptara.

No lo haría, y eso estaba decidido.

—Pero... Ahora que las fotos fueron publicadas, ¡todo el mundo cree que son cercanos! Será maravillosa publicidad —continuó Renjun, como si no hubiera estado diciendo lo mismo una y otra vez.

Como si seguir repitiéndolo realmente fuera a hacer una diferencia con Jeon Yura.

Dije que no —reafirmó la modelo, lento para no dar espacio a la duda y tan fuerte como sentía la sentencia en su cabeza y pecho.

—De acuerdo —resopló, con una mano en la cadera y la otra frotándose las sienes con cierta rendición—. Tendré que decirlo —soltó un bufido—. No quería decirlo, pero tendré que hacerlo: sus fans piensan que tienen un amorío secreto, y esa mierda es comida para la prensa. Está ahora mismo inquieto el mundo entero, haciendo todo lo posible por recibir detalles que ¡ni siquiera existen!, ¡no hay cosa como un amorío entre Nakamoto Yuta y tú! Es oro, amor mío, ¡oro!

—No iré —espetó todavía, segurísima—. Dije que no. En serio, ¿cuántas veces tengo que negarme para que entiendas?

—Es que quien no entiende eres tú —lloriqueó prácticamente, refregándose la cara con ambos manos y por ello medio distorsionando sus palabras—. Solo tienes que asistir a la fiesta. Es una sencilla fiesta de despedida, solo porque tras unos ocho meses trabajando aquí volverá al fin a Japón. Taeil– su representante actual, me dijo que Nakamoto está esperando "con ansias" que tú te presentes. ¡Y eso es todo lo que tienes que hacer! ¡Solo tienes que pasar unas horas allí, es todo! En cuanto salgan las fotos que obviamente saldrán cuando lo hagas, el internet se volverá loco y serás la primera plana de cientos, miles de bobos artículos.

—Por supuesto. Como el amorío secreto de un tipo con quien no he ni conversado por quince minutos.

—¡Eso es lo que menos importa!

—¡Quizá para ti, porque no es tu nombre ni tu cara! —gritó, más que harta.

Mordiendo su labio para contener la peor parte del enojo, vio a Renjun tomar una gran bocanada de aire y soltarla en un suspiro exhausto. Replicó sus acciones.

—No, escucha —pidió, sus ojitos algo así como desesperados—. Eso realmente dejará de importar en– ¿qué? ¿Cuatro o cinco días?, máximo. El "escándalo" funcionará para atraer el reflector a ti, y ya está. No es cierto que tienen algo, así que si solo nos lo sacudimos casualmente (con algo como "oh, somos buenos colegas, nada más") aprovecharemos una oportunidad única. Japón verá tu encanto, lo sé. Eso es lo que importa.

—No vale la pena —negó, recuperando algo de compostura aún estando a estas alturas bastante fuera de sus casillas. ¡No se vendería de esa manera! Y punto—. Todo el éxito del mundo no vale ir a rodearme ni un minuto de personas que piensan conocerme, mientras de paso la mitad sospecha que estoy involucrada con su "príncipe japonés". Será un infierno, y ni siquiera lo necesito.

¿Por qué lo haría? Ya estaba en la cima. No necesitaba algo tan patético como traer a los fastidiosos periodistas a propósito, como si no fueran exactamente lo que procuraba evitar. En estas fiestas, abundaba el peor tipo de persona que Yura jamás hubiera visto.

—¡Pero yo estaré ahí, contigo! A tu lado–

—No es suficiente.

Honestamente no lo era.

Pose || Na Jaemin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora