pose | 12: now or never.

2.7K 140 28
                                    

Fotos; cientas de ellas, con Chenle insistiendo en que capturaran todo tipo de combinación distinta de personas y poses para mantener el recuerdo lo mejor posible. Comida; tan deliciosa como la del mejor restaurante que hubiera probado, viniendo en olas y olas de parte de amables empleados. Brindis; con los padres de Jisung dando un emotivo y conmovedor mensaje que a unos cuantos los hizo lagrimear. El primer baile; donde ambos ya esposos destacaron viéndose tanto acaramelados como expertos en el área, moviéndose con elegancia. Bouquet; que Donghyuck ágilmente atrapó con el único propósito de presumírselo a su hermana y madre. Torta; de unos cinco pisos, con distintos sabores por capa, y Jisung acabó embarrándole un poco a Chenle en la mejilla con una sonrisa gigantesca.

La fiesta fue en la playa, cerca de la orilla, bajo una carpa de semi-transparente tela blanca, y acomodado con varias mesas de madera alrededor de una plataforma –igualmente de madera– que fue la que funcionó como pista de baile. Pequeñas y brillantes lucecillas adornaron el lugar, tanto colgadas y enredándose por los postes manteniendo la carpa de pie, como rodeando la misma plataforma. Hermosas flores, tan blancas como ambos trajes de la pareja a celebrar, decorando cada esquina.

Fue bastante agradable, en aquel cálido ambiente familiar. A los de Full-Sun los ubicaron a todos en la misma mesa, por supuesto, donde para variar pudieron tan solo charlar de tonterías, Yura incluso disfrutó de bailar (por su parte torpemente) con Chenle, Jisung y Renjun, y aunque Dongsoo –y ella misma secretamente, también– le prohibió tomar más de dos vasos de ese rico cóctel que fue repartido para evitar que volviera a quedar ebria perdida, en realidad no hizo falta.

Aquello fue suficiente para que la sangre corriendo por sus venas se sintiera positivamente caliente, para que sus sentidos se entumecieran, tan relajados y hasta ausentes como si flotara sobre suaves olas, para que atípicamente los bobos chistes de Donghyuck y Jeno le hicieran al menos algo de gracia.

Era, realmente, agradable.

Sin embargo, en consecuencia Yura se había quedado siendo forzada a nuevamente apenas robar vistazos de Na Jaemin, a quien habían sentado junto a las dos primas mayores de Jisung –con quienes parecía bastante familiarizado, si el millón de carcajadas con las que acababa dándose palmadas en la rodilla eran señal de algo– y unos de los más cercanos amigos de Chenle (de los pocos invitados de su parte) a través de la pista de baile.

Era una buena fiesta, Yura estaba extremadamente feliz –a pesar de no demostrarlo demasiado, quizá por alguna mala costumbre de mantener su estoica expresión ante todo– por su Jisunggie, no tenía por qué quejarse. No tenía por qué sentir cierta inquietud rasgándola por dentro, por qué chequear el reloj de su teléfono casi maniáticamente.

Pero, carajo, así era. No podía esperar a que ello acabara.

Después de un par de comentarios igual de atrevidos y asimismo incitantes como había sido aquel primero –Yura se negaba a recordarlos con exactitud a este punto, pues el par de veces que lo había hecho tan solo había quedado tan excitada como frustrada por culpa de esa forzosa lejanía–, la ceremonia había acabado para sacarlos de su calenturienta burbujita, y entonces la modelo apenas pudo pellizcarse el brazo para espabilarse. Bufar al verse interrumpidos por lo que, en realidad, debería ser su prioridad.

Y, no es que no pudieran ir al otro. No estaban atornillados a sus sillas. Después de todo, pocos eran los que se mantenían en sus propias mesas. La pista de baile estaba constantemente llena, los invitados estaban felizmente interactuando entre sí con cuanta naturalidad habían conseguido con aquellos días compartiendo espacio. Mas parecía como si ninguno quisiera ceder, ser quien abordara al otro. Yura, con su gigante orgullo, por lo menos. Jaemin probablemente solo disfrutaba consciente de que el aire entre ellos se cargara con aquella latente tensión sexual, con que siguieran con el ahora brutalmente conocido jueguito del esporádico aunque intenso contacto visual.

Pose || Na Jaemin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora