Pose || Na Jaemin

pose | 11: i do.

Yura ni siquiera tuvo energía para cambiarse de ropa al llegar a su habitación. De tan solo caminar y caminar, teniendo que aguantar comentarios, miradas y sonrisitas que le ponían el corazón a mil, quedó tan agotada que solo se derrumbó en esa comodísima cama matrimonial y quedó dormida al instante. No supo a qué hora fue, sin embargo despertó a poco después de las diez de la mañana del día siguiente sintiendo que había descansado una vida entera. Se acurrucó en su propio calor por un bueeen rato, porque ahí, sin tener que pensar en su trabajo, podía hacerlo.

Ah, cómo lo necesitaba.

Pero, esa tarde sería la tan esperada boda, y eso significaba que tampoco podía solo quedarse a holgazanear en su habitación todo el día. Tras desayunar satisfactoriamente solita, todavía acostada y gozando del servicio del hotel, bajó junto a Chenle y Dongwoo al spa del establecimiento, donde se le unieron Hyejin, y las primas y madre de Jisung a que los mimaran por largas horas, con tratamientos profundos y relajantes que les dejaron las pieles tan suavecitas cual bebés. Les hicieron manicura y pedicura, masajes, e incluso pasaron unos minutos en el sauna.

Yura salió de allí radiante. Mas, aún quedaba un cabo suelto que no se le pasaba por alto.

—Dijiste que era "urgente", pero llevamos aquí ya quince minutos y aún no me has contado nada —refunfuñó, dando un sorbo a su adorado café amargo, aguantándose una sonrisita perversa al ver que había empeorado el perpetuo sonrojo en los cachetotes de su mejor amiga.

Dongwoo boqueó cual pescado por unos segundos antes de recurrir a llenarse la boca con algo del trozo de tarta que había comprado, llenándose las comisuras de crema en el proceso. Yura hizo una mueca asqueada, apartando la mirada bruscamente, y con eso la morena chasqueó la lengua tras tragar.

—No me veas así, que desde que no modelo puedo comer lo que quiera después de años de bobas dietas. Pienso disfrutarlo con creces, muchas gracias —gruñó, clavando su tenedor con furia en el resto de la tarta y terminándoselo de un solo bocado, como para probar un punto. Al ahogarse un poco, Yura suspiró y empujó en su dirección su taza de té con el dorso de la mano.

Ambas sabían que solo quería comprarse algo más de tiempo, como sabían que era inútil.

Yura vio su reloj de muñeca mientras Dongwoo bebió de su té y se limpió con una servilleta— ¿Sí sabes que no tenemos todo el día...? Escapamos por un momento, pero Chenle nos quiere de vuelta a su habitación cuanto antes para ayudarlo a alistarse. Luego nos toca a nosotras, y te recuerdo que siempre tardas mucho.

—Ah, cállate —farfulló Dongwoo, enterrando su rojita cara entre sus manos—. Ya lo sé, pero es difícil, ¿entiendes?

—Tsk, no es para tanto... —puso los ojos en blanco antes de bufar. Se acercó, inclinándose sobre la mesa, y quitó las manos de Dongwoo para remplazarlas por las suyas, acunando su rostro con sutil cariño. No acostumbraba a gestos así, por lo que tomada desprevenida Dongwoo solo pudo pestañear como un venadito asustado— Vamos, ¿qué pasó con Youngho en el bar?, ya dime. Deja de darle vueltas, Woo, o será incluso peor —ella solo se retorció en su silla, haciendo que Yura alzara una ceja.

—Ugh, está bien —gimoteó, y agarró las muñecas de Yura para quitar sus manos y poder sacudir la cabeza. Tomó aire y bajó la mirada—. Algo así como que... Uhm, bueno, nos besamos un poco...

—¡Eso es increíble!

—... y, uh, bueno, como que accidentalmente le dije que no estaba buscando nada serio...

—¡Yah, Dongwoo! —chilló inmediatamente, por reflejo tirando con brusquedad de sus manos para que su amiga la soltara. La mencionada asintió con pesar, encogiendo la cara y fingiendo sollozos. Yura se recostó de su silla, llevando incrédula una mano a su frente en lo que se dedicó a mirar a Dongwoo con los ojos entrecerrados—. ¿Por qué coño le dijiste eso si tu maldito sueño desde los veinte es sentar cabeza? ¡¿Y cómo que "accidentalmente"?!