NOTA DE LA AUTORA: Está historia había sido comenzada en otra cuenta, la cual se suponía que seguiría mi prima, debido a problemas que ella tuvo; me dejo a cargo la historia. Elementos es una historia de ciencia ficción, ningún lugar que se menciona es real, los personajes fueron creados por mi imaginación. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
NO me hago responsable de los posibles llantos, gritos, odio que puedan presentar al leer está historia. Los derechos quedan reservados a Alexandra Esquivel.
Los capítulos que tengan (***) quiere decir que fueron editados a como estaban predichos anteriormente, los nombres, escenas y diálogos fueron cambiados.
(***)
Cuatro chicos. Cuatro personas que parecían normales que creen que lo son. Pero detrás hay una gran historia que pronto tendrán que saber.
—¿Por qué no podemos quedarnos con ellos?—preguntó el padre de la mujer más poderosa que por ahora tenían. Ella lo miró y sonrió con nostalgia, ninguno de esos niños eran sus hijos, excepto por una castaña con ojos cafés, sus ojos, su cabello, esa si era su hija y le dolía dejarla con otras personas.
—Están pequeños, no entenderán nada y... tú sabes que ahora estamos en guerra con esa mujer maldita. Ahora que sabe que existen niños con habilidades poderosas querrá matarlos... No quiero que eso suceda, papá—comentó la mujer con tristeza y odio a la vez. Si estuviera en sus manos se quedaría con esos niños pero no podía, no podía ponerlos en peligro.
—Yo tampoco quiero que eso suceda hija, pero..., si no salimos vivos de esta situación ellos se asustarán cuando se den cuenta de las habilidades que poseen—la mujer asintió.
—Y es por eso que solo uno de nosotros irá, y esa seré yo.
—No, hija, no puedes, no...
La mujer agarró los hombros de su padre—Papá es la única manera, necesito que te los cuides, que los entrenes cuando estén grandes, que les digas que los amo aunque tres de ellos no son mis hijos, por favor.
El padre de la chica no quería hacerlo, no quería que su hija se enfrentará sola a esa guerra. Hace apenas unos meses ella y él se habían reconciliado de la pelea que años atrás los separaron y no quería perderla, pero tampoco quería que esos niños murieran.
Rendido asintió. La mujer lo abrazó con fuerza, ese iba a hacer el último abrazo que le daría y eso lo sabía mejor que nadie.
—Te quiero, papá—pronunció ella antes de subirse a su transporte, que la conduciría a su fin.
El señor empezó a observar a los cuatro niños con una sonrisa en su rostro, la primera era Adela; la hija de la mujer, que minutos antes se habia marchado, la piel de la niña era blanca, sus ojos estaban abiertos, sus ojos color café como la miel, sus pequeñas manitas que estaban inquietas. Una sonrisa se escapó de los labios de Adela.
Luego estaba el segundo; Daniel, no tenía mucho cabello pero lo poco que se le veía, era azabache, sus ojitos estaban cerrados, estaba disfrutando de una enorme siesta, su piel igual de blanca que su madre, la cuál había muerto.
La tercera era Chiara, sus ojitos estaban abiertos, era rubia como su padre (que también había muerto en la batalla) sus ojos color azul como el mar, su piel blanca como la nieve, era hermosa. Ella dejo escapar una pequeña risita.
Y por último estaba Veck, sus ojos cerrados, estaba durmiendo, su cabello castaño con rulos pequeños, su piel morena, sus ojos café oscuro. Él se parecía a su madre, los padres de los cuatro niños habían muerto por defender y cuidar al mundo.
Una luz amarilla se vio por todo el cielo, había sucedido, la mujer más poderosa, Clarisa había muerto defendiendo a su tierra, a su mundo. Ella, esa mujer despiadada que no tenía compasión por nadie, había ganado, esa mujer había matado a Clarisa.
Era hora, el momento llegó. El señor tenía que llevar a los cuatro niños con diferentes familias, a pesar de que le doliera debía cumplir lo que su hija le pidió.
Adela, Daniel, Chiara y Veck tenían que esconderse, pero llegaría el momento de continuar lo que Clarisa no pudo terminar ese día...
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Elementos [#1] ✔️
Science FictionEllos no eran normales. Ellos no tenían ni idea de lo que pasaba. Confiaron en personas que no debieron confiar. Amaron a personas que no debieron amar. Pelearon como si no hubiera un mañana. Perdieron como humanos. Ganaron como Guerreros. Aquí nada...