Elementos [#1] ✔️

12. Agua, tierra, fuego y aire

Capítulo Doce

Agua, tierra, fuego y aire

ADELA

El primero en practicar fue Daniel, Veck llevaba un encendedor, Daniel se trato de concentrar paso una de sus manos en la llama del encendedor y en minutos la tenía el fuego en sus manos. Él sonrió y nosotros hicimos lo mismo, empezó a jugar con la llama del fuego pasándola de una mano a otra y luego la devolvió al encendedor.

—Esto es ¡fantástico! Es como los libros que leo—dijo feliz, Daniel siempre fue fan de los libros de misterio, sangre, terror y ciencia ficción. Le encantaba pensar y bromear con los personajes en una conversación.

Después fue Chiara, ella empezó a mover su dedo en círculos creando un remolino en sus manos, de igual manera sonreímos, la brisa del remolino no tardó en golpearnos. Chiara regresó a su lugar, dejo de crear el remolino. Era turno de Veck.

Veck hizo un movimiento con sus manos y la tierra que se encontraba en el suelo comenzó a levantarse, miramos sonrientes a nuestro amigo, claro que esto era demasiado extraño, pero era cool a la vez.

Ahora era mi turno, con miedo me acerqué al lago pequeño que había. Me agacho y paso mi mano por el agua, esta empieza a levantarse, junto mi otra mano y un círculo formado con agua se crea en mis manos, juego con el, hago diferentes formas. Los chicos me sonrieron.

Deje de controlar el agua y baje mis manos.

—Esto es... lo más loco y fabuloso que me ha podido pasar—dijo Veck.

—Que NOS ha pasado, querrás decir—dijo Chiara haciendo énfasis en "nos".

Pues era cierto, ¿quién diría que cuatro chicos sin nada en especial pudieran tener estos poderes tan fascinantes, literalmente somos los cuatro elementos, agua, tierra, aire y fuego. Siempre hemos soñado con ser personas importantes y puede que ahora lo seamos, aunque esto nos traerá muchas consecuencias al respecto, apenas y sabemos de esto, no los controlamos del todo, no sabemos cómo paso.

Nos la seguimos pasando en el mini bosque, Daniel controlaba la flama del encendedor, Chiara controlaba las brisas de aire cómo también podía hacer que aparecieran, Veck jugaba la tierra y yo levantaba un poco de agua del lago, todo iba perfectamente bien hasta que escuchamos que nos llamaron. Mierda.

—Así que ya lo saben—nos giramos y vimos al señor Taylor repesado en uno de los árboles, dejamos de controlar nuestros poderes y nos formamos en una línea, los cuatro teníamos una sonrisa de angelitos.

—¿A que se refiere, abuelo? —Pregunta Veck, él es de esas personas que tratan a cualquiera como si fueran amigos de toda la vida.

—Ustedes saben a lo que me refiero—Responde Taylor, íbamos a decir que sí, pero Veck seguía y seguía.

—No, no sabemos—Le pise el pie, pero este ni así, se calló la boca—. Estábamos jugando nada más, nada raro.

Taylor levantó una ceja divertido—. No sabia que ahora se podía jugar con poderes sobre humanos.

—Pues ya ve que…—ahora sí, con Daniel y Chiara le dimos un codazo a Veck para que dejará de empeorar las cosas, este se agarró el estomagó pues le sacamos el aire por los tres codazos que le dimos.

—No les dirá a nuestros padres ¿cierto? —Pregunta Chiara y Taylor niega, ella suelta un suspiro que no le dura mucho.

—¿Cómo podría decirles sin están muertos? —Pregunta dándose media vuelta.

¿Cómo dijo? ¿Muertos?

—¿Cómo que muertos? ¿A que se refiere? —Pregunto yo esta vez, él detiene su paso, nos mira y notó la tristeza en sus ojos.

—Si quieren saberlo, acompáñenme a casa—Nos dice y continua con su camino.

Miro a mis tres amigos, ellos están igual de confundidos que yo, no estamos entendiendo nada, pero sin duda Taylor está familiarizado con lo que nos sucede en estos momentos.

—¿Qué hacemos? —Pregunta Veck.

—Seguirlo—Responde Daniel serio.

Era extraño ver a Daniel sin sus típicas sonrisas, sus bromas. Ahora lo único que se veía en su cara era seriedad pues no es un tema para agarrar a broma, de igual manera él y Veck son los que se ríen en los peores momentos y me sorprende ver a mi amigo de esa manera.

De igual manera asentimos mientras seguimos a Taylor. Este a pesar de su edad pareciera que camina como un joven de 20 años. Notamos que él no sale del bosque, en lo contrario sigue con su camino, no entendemos, dijo que iríamos a casa, supuse que era su casa a la que iríamos.

—¿A dónde vamos? —Pregunto.

—A casa—Responde mirándonos un momento, notó que tiene una sonrisa ahora en sus labios cómo si le encantará que fuéramos con él. De todas maneras Daniel agarra el encendedor en sus manos, lo miro sin entender.

—¿Qué? ¿Acaso nunca has leído esos libros de misterio dónde un hombre mata a los protagonistas justamente en un bosque? —Susurra—Lo siento, pero no quiero morir tan joven, necesito acabar el libro.

—Tú sólo piensas en libros—Le dice Veck

—Es la cosa más hermosa de este mundo ¿No lo sabías? —Le responde Daniel.

Y aquí vamos con mis amigos bromistas.

—Nunca he leído un libro—Daniel detiene su paso al escuchar las palabras de su amigo, se gira y mira a Veck indignado.

—¿Disculpa? ¿Cómo que nunca has leído un libro? —Le dice este a Veck y Veck niega.

—No me llaman la atención, no me es interesante.

—Eres una deshonra para este Universo—Le dice Daniel y continua su camino.

Noto como nuevamente Taylor sonríe y ríe algo muy raro en él.

Luego de caminar un poco llegamos a una parte de áreas verdes. Miramos confundidos el lugar al igual que miramos confundidos a Taylor, este alza su mano para impedir que uno de nosotros dijera una palabra. Taylor se coloca en frente del campo, se agacha, coloca su mano en las plantas y lo levanta dejando ver un túnel.

Mi día no puede ser más raro ¿cierto?

Él pide que entremos, Daniel se coloca primero, revisa que sea seguro me extiende su mano para que baje yo de primero y es lo que hago. Hay unas escaleras, las bajo con cuidado hasta llegar al suelo, observo todo con atención en un estilo de cueva de refugio. Muebles, sillas, mesa, hasta una televisión se encuentra allí.

Esto es demasiado raro para mis ojos.