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46. Guerra II

Capítulo Cuarenta y seis 

Guerra II

ADELA

Ahora que teníamos ayuda de nuestros padres podíamos atacar directamente a Violet y fue justo lo que hicimos, nos elevamos hasta quedar a la altura de ella y poder luchar con todas nuestras fuerzas.

Ella intentaba esquivar nuestros golpes algunos eran complicados pero otros se le hacía fáciles.

—¡ADELA!—escuchó que alguien me grita, después de eso siento unos brazos en mi cintura y me dan la vuelta, veo a Daniel quien me acaba de salvar de un golpe.

Luego soy yo quien toma venganza de ese golpe.

—¿Te encuentras bien?—Le pregunto a Daniel y el asiente algo adolorido.

—Estoy bien, no te preocupes—Asiento no muy convencida para luego seguir con la pelea que iniciamos.

No se como, ni se porque, pero Violet estaba agarrando fuerzas, cada golpe que daba era más fuerte que el anterior, y se volvía complicado tratar de esquivarlos o tratar de detenerlos.

Su risa se presentaba en varias ocasiones no sabía el por que, pero le daba bastante gracia vernos en ese estado, tratando de ganarle.

Demuestra que tu también puedes ganar.

 No esperé más y con todas mis fuerzas comencé a lanzar muchas esferas para hacerle daño, mis amigos al ver mi actitud hicieron lo mismo para que los golpes fueran aún más fuertes.

—Tenemos que unir fuerzas—les dije y ellos asintieron antes de comenzar  a unir nuestros poderes para poder vencerla.

Era más complicado cosa que no entendía pues ya no tenía su cetro, y se supone que el cetro era el más poderoso que ella tenía, pero parece que sus fuerzas vienen de algún lugar u objeto.

Sentía mucho dolor en mi cuerpo, era por todo el esfuerzo que estaba haciendo, debí imaginarlo.

Violet lanzó una gran esfera en dirección de Veck, dicho golpe no pudo esquivar y perdió el equilibrio haciéndolo caer al suelo demasiado fuerte.

Chiara se asusto he intento ayudarlo pero ella no se lo permitió, al poco tiempo también le lanzó un golpe que le hizo perder el equilibrio haciendo que cayera al suelo.

Esto no podía ser cierto.

Los ojos de Daniel dejaron de ser cafés, ahora eran rojos y habían unas pequeñas llamas en sus pupilas.

Poco después dio una vuelta y así creo también una explosión parecida a la que yo había creado cuando me tenían secuestrada.

Aquella explosión debilito a Violet un poco, pero no era suficiente.

—Se vuelve cada vez más fuerte—le comento a Daniel y él me da la razón.

Traté de decirle algo más cuando Violet haciendo que también perdiera el equilibro.

Con un demonio lo que faltaba.

Fui hasta donde mis amigos se encontraban, estaban adoloridos y era de esperarse cayeron de una gran altura.

—¿Se lastimaron? ¿Tienen alguna herida grave?—Pregunté.

—Bueno, creo que mi espalda acaba de salir de la conversación—bromeó Veck con una mueca.

—Te lo dije Adela, soy más fuerte que tu—escuché la voz de Violet a mis espaldas—, tengo habilidades que claramente tu no tienes.

—Oh créeme aún no me haz conocido del todo bien—le dije sin mirarla.

—Una explosión no te salvará otra vez.

—Nadie dijo que haría otra explosión—le dije dándome la vuelta para enfrentarla.

—¿Y que harás entonces? ¿Más esferas ridículas?

—Pues esas esferas "ridículas te dejaron claramente una seña en tu piel—dije señalando uno de sus brazos—, además, un buen mago, nunca revela sus secretos y en este caso, un buen guerrero no revela su siguiente movimiento.

La escuché reír otra vez.

Ella junto sus manos, rápidamente me di la vuelta para quedar en frente de mis amigos y crear un campo de fuerza, Violet había lanzado su poder y si no me apuraba a crear una barrera iba a lastimar a mis amigos y eso no se lo iba a permitir.

Dejo de lanzar su poder y yo deje de crear el campo de fuerza, nuevamente me di la vuelta para verla.

—Está es una pelea entre tu y yo, desde ahora—le dije y ella negó con una sonrisa—, ¿Acaso temes, Violet? ¿Temes de que te gané, de no puedas hacer venganza?

Aquello le molesto.

—Yo nunca pierdo—dijo segura de sus palabras.

—Siempre hay una primera vez para todo, querida—dije con una sonrisa victoriosa en mis labios.

Dios, estoy orgullosa de nosotras.

Dijo mi subconsciente y le di la razón.

Y ahí iniciamos una pelea solo nosotras, sacrificando mi vida para poder ganar.