48. La más poderosa

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Capítulo Cuarenta y ocho

La más poderosa 

DANIEL 

Adela se estaba transformando, ya no tenía su ropa normal, ahora portaba un traje bastante hermoso con muchos detalles que hacía que se viera espectacular, había una corona con una espada atravesada en su cabeza y su poder ahora era más azul que antes.

Ella dijo unas palabras y pronto después absorbió todo el poder de Violet y después creo nuevamente una explosión, tuvimos que colocar una mano en cerca de nuestros ojos, pues la luz era demasiado fuerte.

Entonces Violet despareció, de la nada y en unos segundos, ella ya no estaba.

Adela lo había logrado.

Logró ganar.

Logró vencerla.

Pude ver como su cuerpo iba perdiendo fuerza y empezó a caer en picada, corrí lo más que pude para alcanzarla y detener su caída y así fue, la había agarrado entre mis brazos, sus ojos estaban cerrados y algunas gotas de sangre resbalaban por su cabeza.

Oh no.

Poco a poco fue abriendo sus ojos y sonrío al vernos.

—¿Lo... Lo logramos?—preguntó en un susurro.

—Lo lograste pequeña—le sonreí, de su boca escapo una risa tímida.

Su cuerpo estaba débil, teníamos que ayudarla ahora o nunca.

—Adela, tienes que hacer un esfuerzo por seguir con vida, tienes que hacerlo—le dijo Chiara sosteniendo su mano.

—Ya todo terminó, no tenemos que preocuparnos otra vez, resiste—le dijo está vez Veck. 

—Recuerda todos esos momentos que pasamos juntos—le susurré con delicadeza, parece que aquello logró funcionar.

Se levantó ella sola, casi se caía pero era un avance, teníamos que ayudarla ahora. 

Le indicamos lo que tenía que hacer y asintió sin más rodeos, se fue elevando hasta quedar de nuevo volando. Nosotros hicimos lo mismo.

Cada uno tomo una distancia, no teníamos que estar tan juntos.

Le di la señal a Adela, ella asintió, entonces volvió a crear otra explosión despertando todo su poder y seguido de ellas hicimos lo mismo, nuestro poder fue directamente a su cuerpo, creando una luz bastante intensa.

Teníamos que lograrlo, debíamos salvarla.

Le dimos todo nuestro poder hasta que no quedo nada, todos caímos al suelo, el golpe no dolió mucho, creo que era porque estaba algo mareado y confundido a la vez, tanto que no le presté atención a la caída.

Me acomodé mejor y vi a Adela tirada en el suelo nuevamente con los ojos cerrados.

Ayude a mis amigos a levantarse y corrimos en dirección de la castaña.

Agarré su cabeza con mis manos, ella no habría sus ojos.

—Hey, Adela—susurré moviendo su cabeza pero no reaccionaba.

El miedo se reflejo en nuestros rostros, ella no...

La moví muchas veces para que despertará pero no reaccionaba, no podía ser cierto, no tenía que ser cierto.

Estábamos a punto de darnos por vencido, cuando su cuerpo comenzó a elevarse, ella aún no despertaba.

En su pecho se había creado una luz color dorada, la cual se esparció por todo el lugar, los cuerpos de aquellos hombres que Violet había llamado desaparecieron, las casas que se incendiaron estuvieron en un buen estado otra vez, y después de varios minutos, Adela volvió al suelo.

No deje que cayera por completo, la tenía otra vez en mis brazos.

Moví levemente su cabeza y sus ojos se comenzaron a abrir.

—¿Daniel?—preguntó ella en un susurro, con una sonrisa en mis labios la abracé.

Ella estaba bien, estaba con vida.

Todos la abrazamos y luego se puso de pie, esta vez ella estaba más estable.

—¿Que sucedió aquí?—Preguntó mirando a su alrededor, todo había estado como antes.

—No lo sabemos pero había una luz en tu pecho e hizo esto—dijo Chiara sonriendo.

Entonces vimos que las personas que habían fallecido ahora estaban otra vez de pie, estaban con vida, abrazaban a sus familiares como nunca.

—¿Como es posible?—preguntó Adela mirando a esas personas.

Entonces recordé las habilidades que ella tenía.

—Fuiste tú—le dije.

—¿Yo?

—Sí, tus poderes son sacrifico y vida, te sacrificaste y les diste vida de nuevo a esas personas—comenté con alegría, ella sonrió más que feliz.

Corrimos hasta llegar a la calle principal del pueblo, cuando nos vieron llegar todos empezaron a aplaudir, tenían una sonrisa en sus labios.

—¿Están orgullosos de nosotros?—Escuché la pregunta de Veck.

—Eso parece.

Ellos siguieron aplaudiendo y felicitando, Adela vio a sus compañeras de fútbol con vida y corrió a abrazarlas.

—Lo consiguió...—susurró Chiara mirando a su amiga.

—Siempre consigue lo que quiere—afirmó Veck.

—Eso la convierte...

—En la más poderosa—dijimos los tres al mismo tiempo, mientras la mirábamos.


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