Capítulo Veintisiete
La celebración
ADELA
Llegué a mi casa para poder cambiarme de ropa, aunque iba vestida de una forma decente, quería darme otra ducha, digamos que apoye demasiado y eso me canso, raro lo sé.
Mis padres adoptivos me felicitaron por haber ganado el partido, incluso mi abuelo vino a visitarnos y también me felicito.
Me miré en el espejo una vez más, me veía bien, llevaba unos jeans color azul, rotos de las rodillas, siempre me han gustado ese estilo de jeans y claro que iba a usarlo, una blusa manga-larga color blanca, un poco transparente, tenis blancos y una bolsa color carmesí, el abuelo me dijo que la llevará con utensilios de defensa personal.
El cabello lo llevo suelto con un poco de ondulaciones.
Nos vemos perras empoderadas.
Asiento, llego a la sala y ahí están mis padres y mi abuelo, cuando me ven sonríen.
—Te ves espectacular—me dice mamá con una sonrisa, a pesar de que ellos no sean mis padres biológicos han hecho muchas cosas por mí, merecen que los llame así, son parte de mi vida.
—Y se ve mejor porque no lleva vestido, así ese muchachito no te lanza miradas indecentes—opina el abuelo.
—¿Hablas de Daniel?—Le pregunto y asiente—, él no es así.
Y era verdad, Daniel era diferente a los demás chicos, él podía decirte la verdad por más dura que fuera, era sincero y sabía dar consejos, lee libros y no por eso es raro, el que lea lo hace más interesante y atractivo, en mi vida había conocido a una persona como él.
—Lo que digas, pero prefiero prevenir que lamentar—niego divertida.
El sonido de la puerta interrumpe la charla que estamos teniendo, abro la puerta y me encuentro con el resto de la pandilla, por lo que veo hice bien en ponerme ropa casual, ellos van de la misma manera, nada extravagante.
—Tu si que sabes vestirte—Me dice Chiara abrazándome. Daniel me sonríe, lleva un libro en sus manos.
—Lo siento, venía leyendo en el camino, dudo mucho que pueda llevarlo a la fiesta—dice.
—¿Acaso no sabes leer y bailar al mismo tiempo?—le pregunta el abuelo.
—Oh, si se, pero no quiero que un imbécil arruiné el maravilloso libro—le explica—¿puedo dejarlo aquí?
—Sí.
—No.
—Abuelo—lo regaño.
Daniel me da el libro, voy a mi habitación para guardarlo, se lo importante que es un libro para Daniel, incluso para mí también es importante.
Regreso con los chicos y me despido de mis padres y de mi abuelo.
—Se van por la sombra—Nos aconseja Taylor, reímos y asentimos a la vez.
Cerramos la puerta y comenzamos a caminar en dirección a la fiesta, nos ha gustado caminar desde siempre, creo, así podemos admirar los jardines que tienen los vecinos.
Es ahora cuando me doy cuenta que mi abuelo ya tiene su jardín.
Daniel pasa su brazo atrás de mis hombros y lo mismo hace Veck con Chiara.
Caminamos de esa forma hasta llegar al lugar de la fiesta.
Adivinen donde.
En la escuela.
Fue una gran sorpresa que los directores nos dejarán hacer una fiesta en las instalaciones, aunque lo amerita.
Cuando colocamos un pie dentro de la escuela la música no darte en aparecer, los pisos están decorados con varias fotografías de los chicos y chicas de los equipos, desde nuestros inicios hasta ahora.
Me avergüenzo cuando veo la foto que me tomaron cuando entre al equipo, no se porque pero cada que veo fotos viejas mías, me da vergüenza.
Nos dijeron que en cada piso había algo diferente, en el primero había el baile, en el segundo la bebida y en el tercero... a saber que hacen los puercos.
Y bueno en el cuarto piso no hay nada, solo la puerta misteriosa, como la llamamos nosotros.
—¿A dónde vamos? ¿Piso 1, 2, 3, o 4?
—Vamos al dos—Dice Chiara, la miro sorprendida ella no es el tipo de persona que quiere beber cosa alcohólicas.
—Haré de cuenta que no me sorprende viniendo de tí—comunicó Veck—, pero debo reconocer que es una buena opción, aquí no hay mucha gente bailando y la música es aburrida.
Era verdad, no somos fans de muchas canciones y las que sonaban no nos hacían bailar.
Subimos las escaleras hasta llegar al segundo piso, varias copas se encontraban en unas mesas distribuidas por los pasillos de la escuela, ¿esto era mi escuela?
—Se lucieron con esto—declaró Daniel con una sonrisa, santo Jesucristo, ¿por qué tiene una sonrisa tan hermosa y tan seductora?
Daniel es ese tipo de persona que puede hacer que te desmayes con solo verte a los ojos, además que es el tipo de persona que muchas mujeres quieren, sabe de buena cultura y con buena cultura me refiero a los libros, hoy en día no consigues a un hombre que lea libros, es raro.
Chiara fue la primera en agarrar un vaso con algo de alcohol, se lo llevó a la boca e hizo una mueca de horror cuando aquella bebida paso por su garganta, reí bajito, como dije mi amiga no es de tomar bebidas alcohólicas no se porque ahora le dió la gana de probarlas.
Tengo algo de experiencia con las bebidas de este tipo porque cuando era niña por accidente pobre whisky, ya se es algo estúpido confundir whisky con agua, pero era una niña de ¿cuántos años? Ocho años más o menos.
Antes de probar aquella bebida mi vista se junta con la de Sam, hace tiempo que no lo veía, incluso no lo ví en el partido de fútbol y eso que supuestamente era fan del deporte.
—Me sigue cayendo mal—expuso Daniel al ver a Sam, lo miro con una sonrisa, a pesar que Sam fue mi mejor amigo cuando tenía menos edad y llegó a ser mi primer amor, había cambiado demasiado y no precisamente para bien.
—¿Estuvo en el partido?—Pregunto tomando por fin la bebida, mis amigos niegan con la cabeza.
—No lo ví en las gradas, es raro—dije, ellos alzaron los hombros sin saber que decir.
A pesar que nos estaba yendo bien en esa fiesta, algo me decía que las cosas no saldrían del todo bien.
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Elementos [#1] ✔️
Science FictionEllos no eran normales. Ellos no tenían ni idea de lo que pasaba. Confiaron en personas que no debieron confiar. Amaron a personas que no debieron amar. Pelearon como si no hubiera un mañana. Perdieron como humanos. Ganaron como Guerreros. Aquí nada...