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Lo sabía.

Earth dio por concluida la llamada y lanzó el teléfono a la piscina con todas sus fuerzas. El aparato se quebró antes de sumergirse por completo en el agua y quedar inutilizable.

Ni si quiera tenía sentido llorar o lamentarse. Desde que conoció a Win Metawin, percibió algo extraño en él y no quiso tomarle importancia porque estaba muy ocupado intentando olvidar a Kao Noppakao como para detenerse a reflexionar un poco, al igual sus amigos se percataron de esa anomalía, en especial Fluke Natouch, quién fue el único que se animó a ir a cuidarlo a ese viaje y se lo agradecía muchísimo, junto a Ohm Thitiwat.

Alejó las lágrimas, cuadró los hombros y se encaminó con la frente en alto hacia el hotel, en donde vislumbró a sus amigos acercarse a él.

La sonrisa de Fluke desapareció al verle el semblante a Earth y Ohm frunció el ceño.

—Nos vamos a casa, chicos—sentenció Earth con voz neutral—ya no tenemos nada que hacer aquí.

—Espera, ¿Qué? ¿Sucedió algo? —Fluke lo agarró del brazo y Earth simplemente lo miró. Tenía los ojos llorosos y enrojecidos, detalle que enloqueció a su amigo— ¿lloraste? ¡Qué pasó! ¿Ese tal Nani volvió a lastimarte? —lo escudriñó de arriba abajo, buscando algún nuevo golpe.

—No, solo vámonos a casa, por favor—titubeó y reanudó el paso.

Ohm y Fluke se miraron entre sí y lo siguieron.

—De acuerdo. Ohm, ¿podrías ir por mi equipaje? Yo acompañaré a Earth por el suyo—le entregó la llave a su compañero y este asintió.

—Los veo en diez minutos en la recepción—replicó Ohm, desviándose del camino de ellos.

Fluke mantuvo su ansiedad a raya para darle algo de tranquilidad y serenidad a Earth. Pero, a decir verdad, tenía tantas ganas de sacudirlo y hacerle escupir lo que lo había puesto tan mal.

Fueron hasta su suite y le ayudó a meter sus pertenencias muy rápido. Y notó como él caminaba mecánicamente y casi no parpadeaba. Tenía la mirada perdida, como si estuviera sumido en sus pensamientos más profundos.

Volvió a tragarse la ansiedad y se hizo cargo de llevarle la valija mientras lo abrazaba con la mano libre. Entraron al ascensor y se reunieron con Ohm en la recepción, tal como habían quedado.

Por su parte, Ohm le hizo señas a Fluke para saber que estaba pasando, pero su compañero negó con la cabeza.

—Pediremos un taxi rumbo al aeropuerto y en el camino compraremos los boletos a Bangkok—anunció Fluke.

—Por favor, entre más rápido nos larguemos de aquí, mejor—dijo Earth con irritación.

Sus amigos no objetaron nada al respecto y obedecieron. Ohm consiguió un taxi y metió las maletas de los tres a la cajuela con ayuda del chofer.

—¿Me esperas un momento? Iré a pagar lo que resta. Ni si quiera pasé la noche aquí y debo dar mucho dinero—siseó Fluke. Earth asintió y se acercó a Ohm.

—¿Nos dirás lo que sucede? —le preguntó el chico con preocupación.

A Earth se le formó un nudo en la garganta y negó con la cabeza. Le resultaba vergonzoso y patético contárselo, puesto que ya sabía cómo iban a reaccionar y por más tonto que sonase, no quería que le hicieran daño a Win. Quizá Ohm mantendría la compostura porque no era el típico chico busca pleitos, y tampoco Fluke lo era, pero él si tenía el valor de meterse en una pelea con tal de verlo bien.

SUNFLOWER SMILEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora