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Era jueves 16 de diciembre y era el último día que estaría en Corea del Sur. Aprovecharlo al máximo era su tirada en ese momento.

Había pensado en comprarles recuerdos a sus amigos en los lugares que ya había visitado, pero decidió regalarles candados especiales para que algún día fueran a la Torre Namsan a dejarlos con el nombre de su amor para que su relación fuera para siempre.

Muy temprano, Win se alistó para estar impecable y no dejar que su cabello se secara por el aire de la calle. Esperó a Earth y Sun Hee en el coche.

Desconocía el último sitio turístico al cual Earth deseaba ir, pero presentía que se trataba de un lugar memorable y romántico, porque lo conocía lo suficiente y esperaba no incomodarlo con su presencia. Planeaba alejarse un rato para que él y Sun Hee disfrutaran su visita sin problemas.

Casualmente, Earth salió primero y Win quedó embobado mirándolo con esa ropa tan deliberadamente sexy que se había puesto. Había frío, pero eso no le impidió ponerse un abrigo negro largo hasta las rodillas con una de sus típicas sudaderas estilo croptop color vino, pantalones negros y tenis blancos. Se había puesto una boina vino, mirándose sumamente hermoso. Incluso se esmeró en ese maquillaje salvaje y pícaro.

Si alguien más hubiera estado junto a Win, le habría dicho que se limpiara la baba.

Win se deslizó fuera del vehículo y humedeciéndose los labios, fingió calma al sonreírle de vuelta cuando Earth le sonrió maliciosamente, siendo consciente del efecto que causaba en él.

—¿Planeas decirme a donde iremos hoy? —titubeó, nervioso e incapaz de no verse afectado por Earth.

—A la Torre Namsan—contestó ensanchando su sonrisa. Acomodó su pequeño bolso atravesado y se encargó de subir al asiento del copiloto.

A Win se le hizo familiar ese sitio, pero no se le vino a la mente; por lo tanto, subió nuevamente al coche y calentó el motor en espera de Sun Hee.

—Te ves muy...

El chico no pudo terminar la frase porque recordó enseguida la condición que le puso Earth y cerró la boca.

—¿Lindo? —preguntó Earth, animado.

Los ojos de Win se posaron en él y asintió.

—¿Por qué no quisiste decirlo?

—Porque no quiero molestarte con eso y te sientas incómodo—respondió.

—Solo te dije que no mencionaras lo de retomar nuestra relación, no que te guardaras ciertos comentarios, P'Win. Creo que a estas alturas únicamente las personas ajenas a mi círculo cercano lograrían ponerme realmente incómodo.

—¿Puedo preguntarte algo? —Win sabía que la conversación podría terminar mal, pero tenía que arriesgarse. Necesitaba saber algunas cosas al respecto y no quería sentirse asfixiado con la duda.

—Claro, ¿Qué pasa? —Earth lo miró con atención.

—Jamás pensé preguntar algo como esto, pero... ¿qué le falta a tu amigo Santa para que logres verlo románticamente y no solo como hermano o amigo?

Los ojos de Earth se entornaron. ¿Qué le pasaba a Win? ¿Acaso había enloquecido? Lo quedó viendo con perplejidad, en espera de una risa de su parte que le dijera que solo estaba bromeando, pero no fue así. Su semblante permaneció serio y en espera de su respuesta.

—¿Qué es lo que te sucede? —logró articular Earth, preso del desasosiego.

—Respóndeme.

SUNFLOWER SMILEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora