40

394 53 52
                                    


Desde que percibió ese perfume ajeno al suyo y al de Win, dedujo de inmediato de que se trataba de Kao Noppakao, además de haber visto su coche a varias calles de su departamento y había pensado que se trataba de un vehículo similar, pero con tan solo oler su aroma tan alucinante, entendió rápidamente que él se hallaba allí escondido.

Quiso fastidiarlo al llevar a Win a su recámara y comenzarlo a besarlo en cama para hacerlo salir de su escondite, pero no podía meter a Win en algo tan vil como eso, puesto que no se merecía ser ilusionado de esa manera y menos si se trataba solamente para molestar a Kao.

Kao salió de ese reducido sitio para su enorme tamaño y cuadró los hombros cuando estuvo por fin afuera. Earth advirtió que en su rostro no había ni una sola pizca de arrepentimiento, sino más bien irascibilidad al extremo. Sus ojos parecían lanzar fuego.

—Vaya, aquí el indignado debería ser yo—masculló Earth, cruzándose de brazos y mirándolo fríamente.

—¿Por qué no me dijiste que te marcharías a otro país y con Metawin? —replicó, haciendo caso omiso a su enfado de Earth—habíamos quedado que te vería el domingo y de pronto desapareces sin dejar rastro. De no ser porque Gulf me enseñó ese bochornoso vídeo de ti peleando con esa anciana en el avión, no me entero de que te habías ido a Corea del Sur.

—Te recuerdo que no tengo el deber de decirte lo que haga o deje de hacer, ni, aunque fuéramos pareja oficial, Kao—gruñó Earth—cada quién tiene el derecho de hacer cosas por su cuenta y sin darle explicaciones a nadie, excepto a su madre.

Kao rio con sequedad.

—Ajá, ¿y por qué demonios vi a Metawin contigo? Aparte de que escuché todo lo que pasaron juntos allá, no me vengas a decir que no le contaste nada a él porque no te creeré—agregó con veneno.

—Pues para tu información, solamente le avisé a mi madre y fui con Sun Hee a Seúl—espetó Earth, claramente enfurecido—Win me siguió sin decirme nada y estuvo cuidándome hasta que ocurrió un fatal incidente en donde no tuvo más remedio que intervenir y únicamente hasta ese momento supe que estaba allí conmigo.

—No te creo ni una sola palabra. Es imposible.

—¿Imposible? —inquirió Earth con ironía— ¿sabes lo que es realmente imposible, Kao?

Kao juntó más las cejas, histérico.

—Hablar contigo. Eso sí es imposible—graznó Earth—ahora lárgate de mí departamento. No quiero verte.

Pasó a su lado y abrió su maleta para comenzar a sacar la ropa sucia, a sabiendas que Kao continuó de pie junto al armario, mirándolo con intensidad.

—Deja la puerta cerrada, pero no te vayas sin antes dejar la llave que le quitaste a Sammy—increpó después de unos segundos de ver que Kao no tenía intenciones de marcharse.

—Te costará más de un maldito desplante para que me marche de aquí, Earth.

—Si no quieres marcharte, adelante, pero no pienso hablar contigo.

—¿Estás enfadado por qué estoy adentro de tu departamento o por qué no fui a seguirte a Corea del Sur, cuando ni si quiera me avisaste que irías?

Earth dejó escapar un suspiro y lanzó la ropa sucia al suelo.

—Estoy enfadado contigo, conmigo, el mundo y el maldito destino—bramó Earth, presa de los nervios—y también con la vida. ¿Es que no puedo tener un día de tranquilidad? Me hiciste sufrir mucho y te perdoné, incluso traté de volver a quererte como antes, pero llegué a la conclusión que no va a ser posible—lo enfrentó, con lágrimas en los ojos. Estaba al límite—rompiste para siempre el amor que alguna vez sentí por ti y lo siento—bajó la mirada—ya no te amo, P'Kao, y jamás volverá a nacer ese amor. Te aprecio como persona, como amigo y como mi antiguo enamorado, pero no más. No puedo darte más que solo mi amistad.

SUNFLOWER SMILEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora