Capítulo Trece: Desconfianza

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—Quiero ir a hablar con Ray Dark —dijo Jude cuando Dianora salió de los vestidores, con el uniforme del equipo ya puesto. Uniforme que había usado solo en los entrenamientos. Ahora por fin iba a poder usarlo en su primer partido como miembro de la Royal Academy.

—¿Por qué? —frunció el ceño. Era en esos momentos que debían de alejarse de Ray Dark, principalmente ella. ¿Por qué Jude quería verlo?

La respuesta no tardó en llegar.

—Quiero comprobar que no haya hecho nada que perjudique al Raimon.

Dianora entendió su preocupación, sintiéndose una mala persona por no preocuparse del mismo modo. Es por eso que decidió acompañarlo.

—Voy contigo.

—No tienes que hacerlo. —se negó rápidamente Jude.

Dianora le dedicó una sonrisa.

—Entonces, ¿para que me lo cuentas? Sabes que iré de todas formas.

Jude abrió la boca, con la intención de rebatir, pero las palabras terminaron por no salir, porque la chica tenía razón.

Ambos rieron por su silencio.

—Muy bien, acompáñame.

Juntos, se dirigieron a la oficina de Ray Dark. En el camino, Dianora se recogió su largo cabello rosa en una cola alta, no queriendo que le estorbará en el entrenamiento y partido.

Sin que ella lo notará, Jude observó sus movimientos, decidiendo internamente que se le veía mejor el cabello suelto. Su mirada, escondida debajo de las gafas, bajó hacia la figura de Dianora, notando lo bien —apretado en los lugares exactos—, que le quedaba el uniforme.

Apartó la mirada cuando se dio cuenta de sus pensamientos. No era la primera vez que la miraba con el uniforme puesto, ¿por qué pensaba eso ahora? Sus mejillas se colorearon de forma imperceptible por la vergüenza.

—¿Jude? —La dulce voz de Dianora lo sacó de sus críticas internas. Fue cuando notó que ya se encontraban frente a la oficina del Comandante. Frente a esas enormes puertas que obstruyen la vista del otro lado.

—Sí, entremos —dijo después de aclararse la garganta, consciente de lo extraño que se estaba comportando.

La frente de Dianora se arrugó, mostrando su confusión ante la actitud precipitada de su amigo, pero decidió no decir nada y se limitó a entrar detrás de él cuando abrió las pesadas puertas. El ambiente lúgubre los rodeó nada más las puertas se cerraron tras ellos.

—¿Qué quieres ahora? —inquirió Ray Dark con brusquedad, la pesadez de su mirada puesta en Jude. Ella intuyó que esa no era la primera vez que Jude iba a hablar con el Comandante.

—Jugar este partido limpiamente y sin trucos —respondió el chico de la capa roja, su voz manifestaba su desagrado—. No habrá tramado nada extraño, ¿verdad?

—Tú preocúpate solo por seguir mis instrucciones.

Y fue como si le hubieran echado encima un balde con agua helada. Esa fuerza, esa firmeza con la que Jude había entrado a la habitación se esfumaron con solo unas cuantas palabras del Comandante. Y ella lo entendía. Después de tantos años obedeciéndole, era difícil comenzar por tu cuenta sin más. Él era y es la autoridad a cargo, Jude no podía evitar esos gestos involuntarios de su cuerpo.

—Discúlpeme.

Se giró con intenciones de irse, Dianora siguiéndolo por detrás, pero la voz de Ray Dark alzándose una vez más los detuvo.

𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍 • 𝑱𝒖𝒅𝒆 𝑺𝒉𝒂𝒓𝒑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora