Capítulo Cinco: Extraño

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Al anochecer, Dianora tuvo su primer entrenamiento individual.

La súper técnica que Ray Dark le mostró era difícil, tanto por lo de usar la energía de su alma, como por los momentos en los que se reía de lo gracioso que se le hacía el movimiento que estaba realizando. Ray Dark terminó por perder la paciencia con ella y le gritó que eso no era un juego con el que divertirse. Después de eso, Dianora terminó por conseguir realizar la mitad de la súper técnica. En cuanto la vio respirando con dificultad, su padre adoptivo paró el entrenamiento y le ordenó tomarse una pastilla de las que le había dado. Lo cierto es que Dianora no tenía pensado siquiera tocar una sola de esa mini caja; pero esa vez, tuvo que obedecer por miedo a que vuelva a gritarle, y se la tomó bajo la atenta mirada de Ray Dark.

Al volver a casa, se sentía exhausta. Sus piernas apenas podían mantenerla en pie cuando le dio buenas noches a Ray Dark, sin recibir respuesta por su parte, y subió las escaleras hasta su habitación.

Ese día había sido largo, lleno de sorpresas y decepciones. Dianora lo único que quería en ese momento era lanzarse sobre su cama y dormir profundamente. Ese plan se vio interrumpido por el sonido proveniente de su celular, anunciando que tenía un nuevo mensaje. Iba a ignorarlo, hasta que recordó haberle pedido a Jude mandarle un mensaje si quería hablar. Su amigo de la infancia se había mantenido en un silencio desolador en todo el camino hasta la casa de Dianora, llenándola de angustia. ¿Qué había pasado entre Celia y él? ¿El que fueran adoptados por diferentes padres rompió la unión de hermanos que tenían antes? Dianora deseaba que no fuera así. Ambos eran sus amigos y ella no quería encontrarse en medio de esa disputa.

Abre su bolso deportivo y saca su teléfono, que se encuentra dentro de una pequeña bolsa transparente, protegiéndolo así de la humedad del uniforme y la toalla.

Al encender el móvil, notó que efectivamente era un mensaje de Jude, pidiéndole que lo llamara.

Le respondió inmediatamente:

Dianora: No puedo, mis padres están dormidos.

Una pequeña mentira piadosa que la hizo sentir un tanto culpable. Internamente, se prometió contarle sobre Ray Dark pronto.

Su teléfono sonó con un nuevo mensaje.

Jude: Siento difícil contarte lo que pasa por mensaje.

Dianora contuvo una sonrisa. Le hacía un poco de gracia que Jude escribiera del mismo modo en que habla. Con tanta educación.

Dianora: Está bien, dame unos minutos.

Cambiándose rápidamente de ropa, Dianora decidió hacer la llamada del mismo modo que con Paolo cuando Ray Dark estaba de un humor en que no se le hiciera favorable pedirle permiso. Se encerró en el baño en cuanto terminó la trenza que siempre se hacía antes de dormir.

Mordisqueando la punta de su uña pulgar, marca el número de Jude.

—Es la primera vez que nos vemos desde que nos adoptaron por separado. —Es lo primero que escucha en cuento el estratega descuelga.

—¿En serio? —La pregunta salió en un jadeo sorprendido.

—Sí... bueno, no... —Se contradice confundiendo a Dianora.

𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍 • 𝑱𝒖𝒅𝒆 𝑺𝒉𝒂𝒓𝒑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora