Capítulo Veinte: Gerente

490 48 2
                                    

Habían pasado dos días y no había señales de Jude. Este soleado sábado por la mañana, cuando se levantó temprano para prepararse e irse al hospital, sus esperanzas se habían esfumado de golpe, sintiéndose triste y decepcionada de no ver ni una llamada o mensaje por parte del estratega.

La tarde anterior, casi para la hora de la cena, Gregory le contó que recibió una llamada del hospital pidiéndole que la llevará para un exámen de sangre sorpresivo. Se suponía que iba a ser en dos semanas, siendo una revisión completa, pero parece que era urgente que Dianora fuera antes de lo previsto.

Mientras se alistaba, aguantó las ganas que tenía de ver el teléfono. Si Jude había llamado mientras ella desayunaba con Gregory, lo iba a dejar esperando su llamada; si no, prefería evitar otra vez esa decepción al revisar su móvil.

Se puso una chaqueta jean y tomó el celular, guardándolo en el bolsillo de su pantalón antes de que sus ganas de revisar le ganarán y terminará desbloqueando la pantalla.

Bajó las escaleras de dos en dos y salió de casa, cerrando las puerta tras de sí. Subió al coche donde Gregory la esperaba y se pusieron en marcha.

Ella y Gregory, en esos dos días que habían pasado juntos —por lo menos las veces que ella no se encontraba en el colegio y él en el trabajo—, se hicieron más unidos. Habían visto películas, desayunado y cenado juntos. La despedía cuando iba a la escuela y ella lo recibía cuando volvía a casa. Dianora se sentía feliz junto a él, no mantenían largas conversaciones, pero el ambiente era todo lo contrario a cuando vivía con Ray Dark. Le gustaba vivir con él.

Cuando llegaron al hospital, en cuanto Gregory aparcó el coche, Dianora distinguió a alguien conocido a lo lejos.

—Voy entrando. —dijo saliendo del coche con rapidez, sin esperar respuesta del hombre.

Corrió en dirección al muchacho hasta alcanzarlo.

—¡Axel!

El chico con el cabello alzado en picos, giró y clavó sus orbes oscuros en Dianora. Esa no fue la primera vez que lo pensó, pero Axel tenía una mirada intimidante.

—Hola, Danny —la saludó dedicándole una pequeña sonrisa.

El nombre saliendo de sus labios fue como un golpe para su estómago. Solo una persona había llegado a llamarla así, y ahora odiaba a esa persona. Quiso disimular su malestar alzando una ceja.

—¿Danny?

El chico se encogió de hombros.

—Tu nombre se me hace difícil. —Y siguió su camino hacia dentro del hospital.

—¡Pero si está fácil! —exclamó, siguiéndolo.

—¿Qué haces aquí? Pensé que te encontrabas mejor. —cuestionó, en cambio, deteniéndose en la recepción, donde la mujer se encontraba hablando con un hombre que parecía estar reclamando sobre un problema con la limpieza del hospital. Les pidió un momento a ambos jóvenes con un gesto de la mano antes de seguir con la discusión.

Los dos se alejaron un poco para darles más privacidad.

—Una revisión. —Hizo una mueca—. Sí, me encuentro bien, pero esto es algo sorpresivo. Gregory dijo que llamaron así de la nada.

Dianora no se dio cuenta, pero Axel la había mirado en cuanto mencionó el nombre del detective. No comentó nada sobre eso, ya que la recepcionista se había acercado a ellos preguntándoles que necesitaban. Axel le respondió que estaba ahí para visitar a alguien, lo que llamó la atención de Dianora. Axel dio el nombre del paciente y el suyo.

—¿Quién es Julia? —preguntó en cuanto lo dejaron pasar.

—Mi hermana. —respondió, decidido a quedarse junto a ella hasta que llegara el detective Smith.

𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍 • 𝑱𝒖𝒅𝒆 𝑺𝒉𝒂𝒓𝒑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora