Capítulo Cartorce: Alivio

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Dianora soltó un suspiro mientras estiraba.

No había encontrado a Jude por ningún lado. No sabía dónde pudo haberse metido y eso la tenía preocupada. Quedaba poco tiempo para que el partido comenzará y no había podido contarle lo que estaba a punto de pasar. Lo que estaba a punto de hacer. Lo aceptaba, fue una cobarde al no contárselo en todas las oportunidades que tuvo. Querer hacerlo a último momento era estúpido. Pero enfrentarlo sola la aterrorizaba. Sí, necesitaba de Jude, pero también temía su reacción. Era una maldita cobarde.

De nuevo deja escapar un suspiro.

Sintiéndose resignada a aceptar lo que venía, tomó un balón olvidado y comenzó a darle pequeños toques con el pie.

Su intención era distraer su mente, hasta que escuchó la voz de Joseph tras ella, cerca de la portería.

—¿Fue al estadio otra vez?

—Sí —respondió Daniel Hatch, uno de los compañeros con los que apenas se dirige la palabra—. Es como si buscará algo.

Dianora supo inmediatamente de quién hablaban. No detuvo sus golpes al balón, queriendo evitar que se dieran cuenta de lo chismosa que era al escuchar su conversación. Ya de por sí Joseph desconfiaba de ella, no quería darle motivos para llegar hasta el punto en el que lo hacía David.

—Que tontería. Voy a buscarlo. —se escuchaba molesto.

—Déjalo, Joe —lo detuvo el otro—. Si salimos ahora, nos sacarán del equipo. El Comandante lo vigila todo, ¿se te ha olvidado?

Dianora cometió el error de detener su pie al escucharlo, ocasionado que el balón saliera rodando para otro lado, pero no parecieron darse cuenta.

—Es verdad —escuchó a Joseph decir, pero ya había perdido cualquier interés por la conversación. Lo único que se mantenía rondando su mente mientras se alejaba de allí era esa frase: "El Comandante lo vigila todo".

Levantó la mirada a las grandes paredes, al techo. ¿Era cierto? ¿Estaba vigilándola en ese momento? Si era cierto lo que había dicho, Ray Dark ya debía de estar enterado de su simple e inútil plan: decirle todo a Jude. Pero no parecía importarle, porque sino, ya la hubiera detenido, ¿no? Ella ya sabía que contarle a Jude no serviría de nada, mucho menos a unos minutos de iniciar el partido, pero confirmarlo de ese modo era doloroso.

—¿A dónde va Mark? —escuchó a una voz femenina que se le hacía reconocida.

Frunció el ceño, deteniendo su andar y girando para ver de quién se trataba.

Apretó los labios al reconocerla. Era la chica del aeropuerto que la había empujado.

Hablaba con una gerente del Raimon. Sus labios se movían con rapidez, una sonrisa dejándose ver a cada instante. La reconocía muy bien, ese cabello negro que le llegaba hasta los hombros, y esos ojos azules que la habían visto con disculpa el día que la golpeó.

«Ah, no», pensó molesta. «Ella no se disculpó adecuadamente»

Empezó a caminar en su dirección ignorando por completo como Silvia salía tras de Mark y Celia se escabulle del campo. Estaba demasiado enfocada en la chica que ahora suspiraba con anhelo como para darse cuenta.

***

Natalie Jones soltó un gran suspiro.

—Nelly, ya quiero verlo. —susurró cerrando los ojos e imaginando el encuentro que iba a tener en un muy futuro cercano con Erick Eagle.

—¿Qué? ¿El partido?

La de cabello azabache abrió los ojos y le dedicó una mala mirada.

—Erick Eagle, amiga.

𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍 • 𝑱𝒖𝒅𝒆 𝑺𝒉𝒂𝒓𝒑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora