Capítulo Veintidós: Todo estará bien

498 53 4
                                    

El corazón de Dianora golpeaba su caja torácica con fuerza, amenazando con salirse de su pecho; sus manos, con las que todavía sostenía esa hoja blanca, habían empezado a temblar. Escuchó a Jude pronunciar su nombre, después unas manos que se posicionaron en sus hombros, pero ella estaba paralizada y muy asustada.

Natalie solo podía observar como su nueva amiga parecía tener un ataque, ella nunca había estado en una situación así, por lo que no sabía qué hacer además de ver a Dianora en ese estado. Jude, al contrario que ella, se había acercado y la había tomado de los hombros, sacudiéndola ligeramente para que reaccionara; la desesperación era palpable en su tono de voz al llamarla.

Se acercó a Dianora y le arrebató la hoja que le había dado hace unos minutos, ahora arrepentida de haberlo hecho. Ray Dark, había dicho ella. ¿El mismo hombre lunático que casi mataba a sus compañeros de club? ¿La había amenazado? Natalie leyó las palabras escritas en voz alta, queriendo que Jude las escuchará y pudiera tener una solución.

Estoy por tomar lo que he creado. Mi As bajo la manga para obtener la victoria.

Natalie miró a Jude, quién se había quedado en silencio.

—¿Qué significa? —preguntó, al mismo tiempo que Silvia se acercaba a ellos.

—Los demás ya se fueron a cambiar, Jude —anunció, pero se dio cuenta de que algo no estaba bien cuando vio a Dianora con la mirada pérdida y a Jude con los labios apretados—. ¿Qué pasa, chicos?

—No... —La voz de Dianora salió ronca, un indicio que les decía que estaba conteniendo el llanto. Se aclara la garganta—. No se preocupen, todo está bien.

Natalie sintió que esas palabras no eran para ellos.

—Todo está bien. —repitió Jude. El chico se acercó más a Dianora y la rodeó con su brazo, atrayéndola a su costado—. Todo va a estar bien. —susurró en su oído.

Dianora contuvo el aliento, sospechando que los latidos rápidos de su corazón no eran ya por el miedo, sino por la cercanía de Jude. Alzó su mano y agarró la camisa del chico, ignorando lo empapada que estaba en ese momento. Siendo una ex-jugadora, estaba familiarizada con el sudor.

—Está hablando de mi. —murmuró. Estaba completamente segura de eso. Ray Dark siempre la había visto y tratado como un objeto, como la última jugada que no se esperaban. Sospechaba que las pastillas rojas que le había estado dando tenían algo que ver.

Después de pedir la hoja y pedirles a Natalie y Silvia que no dijeran nada de lo que pasó a nadie, Jude empezó a alejarse, con Dianora todavía pegada a su costado. El chico se estaba mostrando relajado para transmitir tranquilidad a Dianora, pero la verdad era que se encontraba inquieto. Las palabras en esa carta no le decían nada bueno y estaba seguro de que Ray Dark estaba detrás de ella, a pesar de no encontrarse firmada. Tenía que pensar. Buscar un modo para salir definitivamente de todo eso. Pero primero debía sacar a Dianora de ese estadio y llevarla a casa, con el detective Smith. Él podía protegerla.

***

Dianora se encontraba apoyada en la pared, esperando frente a los vestidores de los chicos a que Jude saliera. La mente de Dianora en esos momentos era un lío. No sabía qué hacer a continuación. ¿Seguir como si nada? ¿Formar un plan para que Ray Dark no la llevará?... La siguiente posibilidad era la que más le llamaba la atención y que se podría considerar más fiable: volver a Italia. Tal vez, si volvía, podría dejar de ser parte del plan de Ray Dark. Tal vez se olvidaría de ella... Tal vez...

Suspiró. Si lo pensaba bien, no existía un tal vez. Ray Dark seguiría haciendo de las suyas todavía en su ausencia. No resolvía nada yéndose, y es por esa verdad que no le dice nada a Jude cuando sale con la bolsa de deporte sobre su hombro, cambiado de ropa y su cabello recogido húmedo —lo que le decía lo rápido que hizo cada acción—.

𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍 • 𝑱𝒖𝒅𝒆 𝑺𝒉𝒂𝒓𝒑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora