6. Después de Ella

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6 de enero de 2020

- Así que solo para confirmar ese rumor morías por llamarme, Leo.

- Noo... ¡Claro que no! También quiero saber cómo fue tu primera noche en Río. No publicaste nada en tu Instagram más que el atardecer desde la terraza del hotel. Así que mi sexto sentido dice que hice "maldades no aptas para publicar" durante la noche. Peeeeero... primero dime qué sabes sobre lo que te pregunté.

- Nada más que tú. Mi papá no me ha dicho algo relacionado con ese jugador.

- ¡Oyeeee...! Pero se trata de Kai Havertz, el mediocampista estrella alemán. ¡Al menos emociónate! Qué no daría yo por verlo durante los entrenamientos con el Chelsea, pedirle que me agregue a su WhatsApp y luego quien sabe qué seguirá...

- ¡Por favor, Leo! Sabes que ni me va ni me viene nada que tenga que ver con un chico por más talentoso, guapo o inteligente que sea.

- ¡ES KAI HAVERTZ! Mira te paso una foto del bombón alemán.

- ¡ES KAI HAVERTZ! Mira te paso una foto del bombón alemán

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- Sí, luce guapo y bla, bla, bla... Tejuro que no me interesa en lo más mínimo, Leonor.

- ¡Hey! Bueno, bueno, cuando me llamas de esa manera sé que estoy cruzando el límite de tu paciencia. Solo no te olvides de presentármelo si el Chelsea lo llega a fichar.

- Mejor te cuento sobre la hermosa brasileña con la que salí anoche. Alessandra sí que se robó mi sueño durante la noche.

- ¡Oyeeee! No me digas que fuiste tan graciosa de llevarla a tu habitación...

- ¡¿Cómo se te ocurre?! Aunque eso no implica que eventualmente se me ocurra hacer una travesura como esa.

- Cuenta, cuenta... ¿qué hicieron? ¿A dónde fueron toda la noche? Supongo que al menos se harán besado, ¿no? Por tu sonrisa deduzco que fue un largo beso que las dejó con hambre de más. ¿Hoy vuelven a salir?

- A ti no te puedo ocultar nada, ¿no? Alessandra me llevó a una bar en la playa de Copacabana a probar las bebidas brasileñas, y... Bueno, luego te sigo contando. Digamos que hay franceses a la vista.

Gianna había dicho la última frase con el suficiente volumen de voz para hacerme saltar de mi improvisado escondite detrás de las puertas de vidrio que dan al balcón. ¿Cómo me había descubierto si siempre estuvo mirando hacia el horizonte?

- ¡Hoooolaaa Mika! ¿Qué tal las vacaciones? -me saludó entre gritos Leonor mientras Gianna movía su celular hacia mí para que su amiga pudiera verme a través de la videollamada-.

- Muy bien, Leo. Ya descansada del viaje de ayer. Te llevaré muchos recuerdos.

- ¡Gracias! Espero que se lo sigan pasando muy bien. No olvides de compartir tus fotos. Creo que mi mamá está llamándome, nos vemos.

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