Regla #5: La Regla#2 se puede romper. Algunas veces, los celos serán tus mejores armas de seducción.
22 de noviembre de 2020
No sé si todo ese éxtasis contenido en mi interior siempre estuvo allí. O nació producto de la discusión luego del beso con Mika. O quizá solo es una inestable y deliciosa mezcla de adrenalina por haber tenido sexo con una "desconocida" (aunque esa etiqueta ya quedó inutilizable al hacerme amiga de Tatiana).
¿Quién sabe? Lo importante -y muy rico- es haber caído en la tentación de un millón de pecados con la rusita de piel tatuada. ¡Diooos! ¡Qué sexy es Tatiana! Jamás me hubiese imaginado que debajo de sus perfectos pechos vive una enorme águila negra que alza sus alas a lo largo de su cuerpo. No lo había notado por la noche debido a la oscuridad y el subibaja de alcohol por mis venas. Pero el besar todo su cuerpo bajo el tibio rocío de la ducha fue una rica travesura que parecía no tener fin. ¡Y claro que no lo tuvo!
Con grandes esfuerzos y sacrificios fue que Tatiana logró llevarme a desayunar. En menos de diez minutos me terminé la ensalada de frutas y tostadas, ya que nada de ello saciaría a mi verdadera hambre que despertó desde anoche.
Sí, lo volvimos a hacer más de una vez. Y cada vez que yo me atrevía a hacerle tímidas cosquillas en su vientre, bajando poco a poco hacia su centro neurálgico del placer, un trocito de mi conciencia se encendía de preocupación por si ella me rechazaba. Es obvio que la terminaré cansando más temprano que tarde, pero nunca lo sabría sino lo intentaba.
Lo que no entiendo es cómo "etiquetar" lo que tenemos. Si es que tenemos "algo". Todo es tan confuso para mí. Y a la única persona en este universo a la que puedo recurrir en búsqueda de consejos o para desfogarme es Leonor. Pero ella debe estar inmersa en sus cosas de pareja con Sasha Greyson. Además, sería muy divertidamente endemoniado confesarle que me he acostado con su archienemiga más veces de las que puedo contar con una mano. No sé por qué Leo mira con recelo a la rusa. Está bien que no conozco por completo a Tatiana, pero tampoco me ha dado motivos para desconfiar de ella. Al contario, ella ha sido tan cariñosa conmigo, preguntándome cada vez si me sentía bien con sus besos, mordidas y jugueteo de sus dedos que me hacían perder el sentido en cada orgasmo que estallaba en mi vientre hasta dejarme embriagada de un placer que necesitaba tanto.
- Estás rojita -murmura mientras me observa con sus hermosos ojos, pero al siguiente segundo, su boca aterriza sobre mi hombro desnudo y lo beso con una suavidad comparable al pétalo de una flor en primavera-. En qué estarás pensando...
- Quizá en todas las cosas que hemos hecho las últimas horas aquí en la cama.
Sonrío como una tonta al centrar mis ojos en los suyos para luego cerrarlos en un apasionado beso que no rechaza. Mi cuerpo se vuelve a poner a mil por hora, el calor se esparce como una erupción volcánica y el primer indicio que mi excitación está que desborda lo siento en lo duro que se han puesto mis pezones. ¿Qué diablos somos? No podré dormir esta noche sin saber que las cosas están claras... Más para mí que para ella.
- No me provoques, Gianna -me advierte la rusa al pasar la punta de su lengua por la parte superior de sus labios, recogiendo los restos de mi beso antes de degustarlos con palpable sabrosura-. Esta no es la manera en que actuaría una chica inocente, ¿o sí?
- Nunca te dije que fuese inocente -respondo haciendo un gesto lascivo al mover mi lengua como si se tratase de una serpiente que está a nada de saltar sobre su deliciosa presa.
- ¿Cómo qué no? -chilla de manera divertida- Si antes de hacerlo te pregunté si era o no tu primera vez. Y me respondiste que no, pero que sí eras muy inocente.
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Las Reglas del Juego
RomanceGianna, una joven promesa en el fútbol. Mika, una talentosa y famosa pintora de arte abstracto. Ambas unidas por los caprichos de la vida: Mika es la novia veinteañera del papá de Gianna. Un inesperado y tonto... beso romperá con las reglas del jueg...