16 de mayo de 2021
- ¡¡¿Qué mierda dijiste?!!
Vociferé de golpe apenas oí el sarcástico comentario de Kelly Tudor al pasar por mi lado.
- Creo que lo escuchaste muy bien, Barbie...
¿Cómo pude haber dudado que estos últimos días no se podían poner mucho peor que un infierno desatado?
- Serás una eterna suplente en el Lyon. Aún mejor: serás mi eterna suplente.
Juro que oí perfectamente salir de su boca la palabra "fracasada". Así que mi impulsiva reacción estuvo más que justificada. Terminé empujándola con los brazos para encararla, y claro que Tudor respondió. Nuestras frentes estaban a nada una de la otra, pero ello fue suficiente para que el resto de las jugadoras de ambos equipos prestasen atención de lo que sucedía entre las dos. Chillidos, palabras en inglés y francés llamando a la calma, varios pares de manos tomándome de los brazos para hacerme retroceder, y un océano de insultos que entre Kelly y yo nos lanzábamos consumieron al último par de minutos del primer tiempo de la final.
Debería sentirme avergonzada por terminar recibiendo una tarjeta amarilla por mi conducta antideportiva, pero lo único que deseaba era que mis compañeras me dejaran en paz e ir a encarar otra vez a Tudor. Prácticamente me sacaron a rastras del campo de juego. ¡NO! Claro que en mi cabeza no hay espacio para pensar que vamos perdiendo 2 a 0 y que prácticamente la final está perdida. Solo quiero mandarlo todo a la mierda. Olvidarme que existe un mundo que desaprueba mis decisiones. ¡Me odio!
- ¡Oye, Gianna! ¡Cálmate! O la entrenadora te sacará en la segunda mitad.
- ¿Crees que no lo hará...? ¡No me importa! -respondí en un intento de no matar con la mirada a Lucas, el asistente de la entrenadora y muy amigo mío-.
Seguía sin interesarme que el resto del equipo me escuchase mientras entrábamos al túnel que conduce a los vestuarios. Hace unos meses me sentía la mujer más feliz del universo, y en cuestión de días todo se fue a la misma mierda. Ahora mismo dudo mucho que el Lyon siga con ganas de concretar mi fichaje luego de pelearme con su jugadora estrella: Kelly Tudor. Y luego de todo el ruido mediático que la maldita prensa ha armado a mi alrededor, el Chelsea tampoco querrá renovarme.
¡Bien hecho, Gianna! Lanzaste tu carrera futbolística a un abismo sin fin. ¿Por qué no puedo sentir un poquito de vergüenza? Mis compañeras se esforzaron muchísimo para llegar hasta esta final. A principios del torneo, nadie imaginó que llegaríamos tan lejos. Eliminar al Barcelona en octavos de final fue una proeza. Luego, la suerte de tocarnos un sencillo Sparta Praha, y llegar a estar entre los mejores cuatro equipos de todo Europa. Y vencer por penales al Bayern Múnich para acceder a esta final... Todo fue demasiado bueno para ser cierto. El Lyon nos tenía que abrir los ojos. Quizá por sentirme derrotada desde el principio es que ahora me da igual si perdemos por dos o diez a cero.
- Curioso...
- ¿Qué cosa? -chillé a pocos pasos del camerino que desde afuera ya lucía como un cementerio a medianoche debido al resultado-.
- Tu reacción es la misma que ella me describió que tendrías. En fin, nos vemos en quince minutos-.
La mano de Lucas había estado sobre mi hombro, pero al despedirse cayó sobre mi palma derecha y sentí la presión de un pequeño papel. Su sonrisa se mantuvo imperturbable en todo momento, por lo que la curiosidad se quedó rondando en mi mente durante unos segundos. Pero todo se nubló apenas los murmullos del resto de chicas inundaron el vestuario. Ello no tardó en morir apenas la entrenadora apareció y el silencio volvía a gobernar.
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Las Reglas del Juego
RomanceGianna, una joven promesa en el fútbol. Mika, una talentosa y famosa pintora de arte abstracto. Ambas unidas por los caprichos de la vida: Mika es la novia veinteañera del papá de Gianna. Un inesperado y tonto... beso romperá con las reglas del jueg...