21 de noviembre de 2020
Un mes y cuatro días para la Navidad.
No está muy lejos mi tan ansiado regalo: ¡el departamento en City of London solo para mí!
Claro que ello está condicionado a que el asunto sanitario esté controlado, pues mi papá no está dispuesto a dejarme vivir sola debido al virus. Casi un año completo, y el mundo sigue loco por esa enfermedad. Ojalá la Universidad de Oxford se apresure con su vacuna. Ya quiero mandar al demonio toda esa cuestión del virus. Si bien hemos recuperado nuestra "libertad" para salir a la calle, reunirnos y tener fiestas, así como volver a los estadios de fútbol -sin público- todavía no se puede viajar con tanta facilidad hacia otros paradisiacos países donde divertirse.
Sí, este año resultó ser una porquería.
Aunque no todo es malo. Empezar la universidad resultó ser entretenido. ¡Mucho más que la aburrida escuela! Un poquito más desafiante para obtener un perfecto 100 de 100 en las asignaturas, ya que los profesores le dan una mayor ponderación a tu capacidad crítica que a la memoria fotográfica que puedas poseer. Sin embargo, solo experimenté chispazos de ansiedad la primera semana ante tantas fechas de entregas de proyectos, tareas y exámenes. Lo cual solucioné con una milimétrica organización entre universidad, Chelsea y vida social. Y hasta ahora, todo lo he mantenido bajo control. Cuando converso con mis compañeros de clase, estos siempre se sorprenden de que sea la número uno en la clase y, además, sea la delantera estrella del equipo femenino del Chelsea. "¿Cómo lo haces? ¿Es posible que te quede tiempo para divertirte? ¿Acaso no duermes?" son las clásicas preguntas que siempre recibo. Pero como rara vez resulto ser soberbia -a diferencia de Leo que ama resaltar que nació siendo una genio-, me limito a responder que prestar 100 por ciento de atención en clases es fundamental. Luego, todo consiste en repasar tus apuntes cuando llegas a casa, avanzar con las tareas y consultar bibliografía adicional. Además, los profesores te enseñan las cosas que están escritas en los libros, no es que vayan a inventar nuevas teorías ni fórmulas, así que los exámenes también están en los libros. ¡Solo tienes que estudiarlos!
Bueno, eso es lo que hace la gente "promedio" o "normal" como yo. Después, están las que nacieron con el talento de aprender las cosas a la primera. El más claro ejemplo es Leonor. Jamás la he visto pisar la biblioteca de la universidad, y, mucho menos, quedarse luego de clases para estudiar. ¡Ah! Claro que se queda por la facultad, pero siempre en los pasillos conversando con su aquelarre de admiradores. Bueno, eso fue al principio de la universidad, antes que se ENAMORASE y tenga ¡NOVIA!
Todavía no me lo creo del todo cómo la chica que jugaba a besar al menos a media docena de extraños y extrañas durante una fiesta, terminase flechada por el amor verdadero casi de la nada. Ellas dos son igual que el limón y la sal. Sabores muy fuertes y distintos que sobresalen por sí mismos. Sin embargo, cuando los juntas hacen una combinación tan perfecta que te preguntas cómo fue que ninguna se dio cuenta de están hechas para ser una sola.
Ambas se tomaron su tiempo para enamorase. No fue amor a primera vista. Hasta en algún punto llegué a desalentar a Sasha Greyson de enamorarse de mi amiga. Claro que con la intención de que ella no sufriese pues Leo no es de las que tienen pareja estable. Ahora debo comerme mis pensamientos y palabras al ver a la menor de los Kyle con una galaxia llena de amor en sus sonrisas. Me alegra que ambas se quieran tanto. No sería una sorpresa que se casaran luego de graduarse. Lo mejor de todo es que sus familias se llevan excelente -hasta me parece que son socias en los negocios empresariales-. Ya me imagino lo que sería esa boda entre las herederas más millonarias del mundo.
No, no estoy envidiosa ni molesta de que mi MEJOR AMIGA de este maldito universo me haya relegado varias posiciones por debajo de su novia. Solo... solo pienso que yo tenía más posibilidades de tener novia antes que Leonor. ¡Claro! Podría tomar mi celular ahora mismo, elegir a una de mis fans de Instagram e invitarla a salir un par de veces para consumar el noviazgo... nada del otro mundo. Pero lo de Leonor y Sasha es amor verdadero. Mi amiga tuvo tan buena suerte que solo se enamoró una vez y para siempre. Y creo que esa misma idea aplica también para Sasha. Una vez leí que la probabilidad de que un meteorito caiga sobre tu casa es de uno entre ciento ochenta trillones. Apuesto lo que sea a que las probabilidades de que una Sasha y una Leonor se enamoren es mucho más complicada de suceder que la del meteorito.
ESTÁS LEYENDO
Las Reglas del Juego
RomanceGianna, una joven promesa en el fútbol. Mika, una talentosa y famosa pintora de arte abstracto. Ambas unidas por los caprichos de la vida: Mika es la novia veinteañera del papá de Gianna. Un inesperado y tonto... beso romperá con las reglas del jueg...