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Por fin se habían librado de la mamá del pelirrojo. 

Bueno, no de una forma egoísta, pero se entiende que querían pasarla juntos, ¿verdad?  Era de noche y estaban jugando videojuegos, con una clara apuesta en este. 

— De acuerdo... Si yo gano, tendrás que usar una faldita corta, y hacer lo que normalmente haces. Pero me dejarás follarte dónde y cuándo quiera. 

Las mejillas del castaño se sonrojaron. — ¿En serio? Pues... Si yo gano... Uhm, ¡Usarás coletas para ir al instituto por tres días! 

— Bien. 

— Bien. 

Y no está demás decir quién ganó. 

Emilio Osorio, se esforzó demasiado en ganar esa cosa, pues su dignidad estaba en juego, y vaya que eso lo había alentado a ganar. 

— ¿¡Qué!? ¡No, Hyung!

— Lo siento, Joaquín. Pero siempre quise ver cómo te veías en faldita. 

Acordaron que, mañana siendo domingo, sería el día en el que harían eso. Pero antes de darle la falda a Joaquín, el mayor habló. 

— Antes que nada, Joa, quiero que sepas que nada de lo que hago es por incomodarte ni mucho menos avergonzarte. Te amo demasiado y nunca haría nada para lastimarte. Y si tú no quieres hacer esto, lo entenderé, yo... 

— Mailo Hyung, — le sonríe. — está bien. Nos divertiremos ambos. Yo también te amo, Mailo. 

Ambos chicos sonríen y se besan fugosamente antes de comenzar a quitarse la ropa y terminar en la cama de Joaquín. 

Ni siquiera habían empezado y ya iban a... 

No me hagan mencionarlo, otra vez.

Boyfriend #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora