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Joaquín estaba en la cocina haciendo el almuerzo. Él no era mucho de cocinar, pues su novio lo hacía por él, pero ese día venía inspirado. 

Vistiendo únicamente un bóxer y una camisa de Emilio, desconecta la olla del arróz cuándo la luz se enciende indicando que ya terminó de cocinarse. 

Osorio llegó a la cocina con el cabello revuelto y el cuello lleno de marcas rojas. Él sí que llevaba pantalón. 

Se apoyó en la entrada y miró al más pequeño hacer el almuerzo. 

— ¿Sabías que te ves muy sexy vestido así? 

Joaquín da un pequeño saltito al escuchar la voz de Emilio atrás de él. 

— Hyung, me asustaste. — refunfuña por lo bajo y apaga la estufa. 

— Lo siento. — ríe. 

— Bonitas marcas. — le guiña un ojo. 

— Bonita camisa. — lo toma de la cintura. 

El pelinegro abraza al mayor, quien no duda en devolverle el gesto, y en el acto, deja un pequeño beso en su cuello. 

— Me encantas, Joaco. 

Y el más bajo siente su corazón acelerarse como si fuera la primera vez que escuchaba esas palabras.

— Me gusta recordarte lo mucho que me gustas. Tu forma de reír, tus lindos pucheros, todo tu cuerpo, tu personalidad... Estoy enamorado de ti, Joaquín Bondoni. Y no me cansaré de decirlo. 

— No puedo esperar para casarme contigo, Hyung. Pasaré el resto de mi vida junto a ti. Veré tu rostro absolutamente todas las mañanas. Y simplemente imaginarlo me encanta. 

— Pues no tendrás que imaginarlo por mucho tiempo. Prefiero esperar hasta que seas mayor de edad, a esperar a que te gradúes. Sólo faltan unos meses para que seas legal, Joaco. 

Y ambos sonrieron, alegres de tenerse mutuamente.

Boyfriend #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora