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— Parece que sufrió de una fisura en la muñeca.
— ¿Una fisura? ¿Tendrá que usar yeso?
— No, pero sería recomendable que use una férula. La puedes conseguir en farmacias. De todas formas ve al médico para que te revise. — Joaquín asintió. — Pueden-...
— ¿No le pondrá algo para el dolor? — interrumpió Emilio, viendo que la enfermera pensaba botarlos sin tratar de hacer algo por su bebé.
— Se nos acabaron las pomadas y vendas, lo sie-... — murmuró, siendo interrumpida nuevamente.
— Pues bien se les acaba, deben reemplazarlas por otras nuevas. Nos vamos. — refunfuñó, tomando la mano sana de su novio.
Bondoni agradeció y se levantó de la camilla para luego salir de la habitación junto a Osorio.
— Perdón, amor. Yo hice que te cayeras. — se disculpó, haciendo un puchero.
— No, Hyung. No me fijé por donde caminaba. No te preocupes, estaré bien. — trató de sonreír, pero le salió una considerable mueca.
Se le cristalizaron los ojos, su muñeca le dolía mucho.
— Bebé, puedes llorar si quieres.
Dicho esto, el menor se permitió derramar unas lágrimas, a lo que Emilio lo abrazó y murmuró cosas a su oído para que pudiera calmarse un poco.
— Perdón, perdón, perdón, perdón... Sabes que nunca haría algo para lastimarte, mi amor. Yo te amo mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho.
— T-También te amo, Mailo Hyung.
•×•
La hora de salida había llegado, y junto a ella el viaje de la pareja.
Emilio se encargó de avisarles a los profesores que su novio estaba mal de la muñeca por su culpa, y que por favor no lo hicieran escribir. Ahora, para que pudieran irse en paz, debían ir a comprar la condenada férula.
Emilio le colocó una venda alrededor de su muñeca a Joaquín, insinuando que así no se lastimaría más.
También debía comprar una pomada.
Férula y pomada, férula y pomada.
Salieron del departamento y caminaron hasta la farmacia más cercana.
— ¿Tienen férulas? — preguntó Emilio sin siquiera saludar, a lo que su novio le dio un codazo.
— Sí, tenemos de color negro, blanco y gris.
— Una de color negro, por favor. — pidió Bondoni.
La señorita se dio vuelta para ir a buscar el objeto pedido.
— Bebé, ya hablamos de eso.
— Después de casi tres años no logro acostumbrame a tu indiferencia, Hyung. — rió.
— Amoooooor — alargó haciendo un puchero. —, quiero un beso tuyo.
Joaquín besó la mejilla de su novio.
— ¿Eso era lo que querías?
— No. Quiero uno aquí. — señaló sus labios.
— Hm, ya veo.
El pelirrojo se paró de puntitas y tomó los labios de su novio entre los suyos, se iba a separar, pero Emilio lo impidió tomando con una mano su nuca y con la otra su cintura.
Continuó besándolo, le encantaba el sabor de los labios de su pequeño pelirrojo; cerezas.
No sabía porqué, ni cómo, ya que el menor nunca comía cerezas, pero era el característico sabor de Joaquín.
Compraría cerezas para el camino.
— Disculpen. — carraspeó la señorita. — Aquí está lo que pidieron.
— También una pomada, por favor.
La chica les dijo el precio a pagar y Emilio entregó un billete que cubría el costo de ambas cosas.
Al tener los objetos en mano, Emilio salió del lugar al lado de su novio.
— Mi amor, te colocaré esto en casa.
El contrario asintió.
Cruzaron la pista, solo les faltaba máximo una cuadra para llegar.
Ambos vieron como un chico en patineta iba a pasar por su lado. Pero, justo se tropezó al lado de Bondoni y por reflejo tomó su mano para no caer.
Grave error.
Un grito desgarrador se escuchó por toda la cuadra.
— ¡Idiota! ¡¿Qué no ves que está herido?! — le gritó al pelinegro que acababa de hacerle daño a su pequeño.
— Hey, no me di cuenta, amigo. — levantó ambas manos en son de paz.
— ¡Pues fíjate, imbécil!
De inmediato fue a atender a su novio, el cual yacía llorando nuevamente.
— ¡Hyung! Te estaba espe-...
Una dulce voz se oyó a la espalda de Bondoni.
— ¡¿Joaquín?! ¡¿Qué pasó?!
— Este idiota tomó su mano herida. — explicó Emilio colocándole de una vez la férula.
— ¡Asher Hyung! ¿Cómo se te ocurre? — le reclamó al pelinegro.
— ¡Yo no sabía que estaba herido, Dylan! — se defendió.
— Estaba usando una venda, pendejo. ¡Una venda! ¿Acaso no es suficiente?— dijo Emilio, abrazando al pelirrojo.
Joaquín le mandó una mirada acusadora a Min.
— ¡Oh por favor! ¿A quién le creerás? ¿A dos desconocidos, o tu novio?
— ¡Dylan ! ¡Sabes que no me gusta que me digas eso!
— Y tú sabes que yo te amo. — le sonrió.
— ¡No estoy para sus cursilerías! — gruñó el Azabache. — Tenemos que irnos. Reza por que nunca te encuentre en la calle, chico.
Y así el mayor se llevó a su novio a casa.
•×•
— "Pasajeros con destino a Daegu, abordar el bus de la estación cuatro. Pasajeros con destino a Daegu, abordar el bus de la estación cuatro."
— Ese es el nuestro, Hyung. — avisó Bondoni.
— Entonces vamos.
Y luego las siluetas de ambos desaparecieron por las puertas del transporte.
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Boyfriend #1
FanfictionDonde Joaquín Bondoni es el pequeño novio de Emilio Osorio, un chico que tiene fama en el instituto por todas las cosas malas que ha hecho. Definitivamente nadie pensaría que esos dos estaban juntos. Ni mucho menos que el mayor era totalmente difere...