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Los protagonistas estaban en la mesa del restaurante esperando a Dylan y su novio. 

Y Emilio no sabía que jodidos hacía ahí. 

Tal vez fue que su novio sabía mover las caderas muy bien y terminó por convencerlo. 

Odiaba a su debilidad en este momento. Y sí, su debilidad era Joaquín. 

— Te odio. 

— Ajá.  Ah, y también odiaba que su novio no le diera atención. 

— En serio, te odio. 

— Ya. 

Bufa bajito y se acuesta sobre la mesa. 

— No te imaginas cuánto te odio. 

— Vale. 

— ¡Joaquín préstame atención! 

El menor ríe y apaga su celular, dejándolo sobre la mesa.

— Tienes toda mi atención ahora. 

— Quiero ir a casa. — se cruza de brazos. 

— No, ya estamos aquí. 

— ¡Pero, amor! Quiero ir y que nos acostemos en mi cama y me des muchos mimos. — reniega cómo un niño pequeño. 

— Eres muy infantil después de llorar, ¿lo sabías? 

— Habla el que si no duerme conmigo, duerme con una lámpara encendida o abrazando a un peluche. 

— Te recuerdo que tú no puedes dormir sin abrazar algo. 

— Te recuerdo que yo no tengo un oso de felpa. 

— ¡No metas a Teddy en esto! 

^^ 

— ¡Tú! 

— ¡Dylan, ayuda! 

— ¡Hyung, espera! 

Resulta que el novio de Dylan es Asher Min, el tipo que tomó la mano lastimada de Joaquín.  Y bueno, Emilio nunca olvida un rostro. 

— ¡Tú lastimaste a mi novio, idiota! 

— ¡Te lo dije, no me dí cuenta! 

— ¡No me interesan tus excusas! ¡Ven acá maldito cobarde! 

— ¡Dylan! 

Joaquín y Dylan se miraron entre ellos, y luego vieron a Asher correr lejos de Emilio. 

— Bueno... Por lo menos está corriendo, nunca lo hace. — ríe el pelirosa. 

— ¿Pedimos un café? 

— Claro. 

Se la pasarían muy bien en aquella cita doble, siksi.

Boyfriend #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora