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- ¡Dios mío, Emilio! ¿¡De dónde jodidos lo sacaste!?

- Digamos que un amigo me debía un favor.

Frente a los ojos de ambos, un Lamborghini Aventador SV estaba descansando en la pista de la calle.

- ¡Es precioso! ¿En serio es tuyo?

- ¿Lo dudas? Anda, vamos.

Saca las llaves de su chaqueta y amablemente le abre la puerta a Joaquín. Obviamente, éstas se abrían hacia arriba. Encendió el motor al ya estar sentado en el piloto.

- ¿Escuchas eso? - pisa el acelerador.

- ¡Es genial! ¡Arranca ésta hermosura, Hyung!

- Lo que tú digas.

Al llegar al instituto, algunas personas que se encontraban llegando se preguntaban quién era el que llegaba en semejante carro.

La boca les llegó hasta el suelo, al ver a Joaquín Bondoni bajar de aquél Lamborghini.

Desgraciadamente, nadie logró ver quién conducía.

Y así, Joaquín entró cómo toda una diva a estudiar.

^^

Al acabar las clases, el pelirrojo vio un tumulto de gente rodeando algo, o más bien alguien.

Su novio estaba apoyado en el nuevo Lamborghini, con sus gafas puestas, seguramente, esperando por él.

Sonrío, él sí que sabía cómo sorprenderlo.

Se abrió paso entre todos esos estudiantes, hasta por fin estar frente a frente con Emilio.

- ¿Qué tal tu día? - pregunta el mayor, sonriendo levemente.

- ¿Es tu nueva forma de saludarme?

Lo toma de la cintura y toma su barbilla para acercar su rostro al propio para después besar suavemente a su lindo novio.

- ¿Así está mejor? - le pregunta al separarse.

- Mucho mejor.

Ambos se montan al carro y se van de ahí.

Seguro las cosas estaban cambiando un poco.

^^

Al ya estar en su departamento, Emilio le sirvió su comida a su novio pelirrojo. Puesto que él ya había almorzado, sólo se sentó a ver cómo el otro lo hacía.

- ¿No comerás? - pregunta Joaquín.

- Ya lo hice. Come.

¿Soy yo o ese fue un maldito monosílabo?

- ¿Qué es lo que ocurre, Emilio? - hace su plato de comida a un lado.

- Nada, Joaquín, sólo come.

- No comeré nada hasta que me digas qué rayos te pasa.

Suspira.

- La mamá de Camilo me llamó.

- Maldita sea. - murmura por lo bajo.

- Me dijo que me daría mucho dinero si lo convencía de dejar a Ethan. Para eso de la boda, tú sabes.

- Eso es lo malo de las jodidas familias millonarias, ya no saben qué hacer con su dinero. Por supuesto, le dijiste que no, ¿verdad?

- Así es. Ya no será un problema.

- ¿Qué le dijiste?

- Sólo un par de cositas. - sonríe levemente.

Joaquín ríe y va hasta dónde su novio para sentarse en su regazo.

- Cariño, debes comer. - posa sus manos en sus caderas.

- Prefiero pasar al postre. - sonríe.

- Por supuesto que no. - jala el plato de comida hacia él. - Tienes que estar bien alimentado, no quieres desmayarte, créeme.

Lleva el tenedor lleno de comida hasta la boca de Joaquín.

- Dí ah. - le dice Emilio de forma infantil.

- ¿Es algún tipo de fetiche sexual? Porque gemir cuando comes es muy raro.

- Abre la boca, Joaquín. Me arruinas la escena romántica. - refunfuña.

- Lo siento. - ríe.

Y después abre la boca.

- Perfecto, ahora sí el postre.

- Ya, pero después me ayudas con mis tareas.

- Lo que quieras, amor.

Después de todo, Emilio haría lo que fuera por ver una sonrisa en el rostro de su novio.

Su lindo lindo novio.












































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Boyfriend #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora