Donde Joaquín Bondoni es el pequeño novio de Emilio Osorio, un chico que tiene fama en el instituto por todas las cosas malas que ha hecho.
Definitivamente nadie pensaría que esos dos estaban juntos. Ni mucho menos que el mayor era totalmente difere...
Camilo y Ethan regresaron a Daegu, prepararían sus cosas y probablemente se irían de luna de miel.
Joaquín y Emilio iban de regreso de la estación. El menor iba mirando el anillo que reposaba en su dedo anular, sonriente.
—De verdad me sorprendiste hoy, Hyung. Me esperaba que dijeras de todo menos eso.
—Yo planeaba decírtelo mañana, pero Melany creyó que sería mejor sorprenderte en la fiesta de Camilo y Ethan. —dice Emilio, colocando su mano sobre la rodilla del menor.
—¿Entonces qué haremos mañana? —toma la mano de Emilio entre las propias, comenzando a jugar con sus dedos.
—¿ Qué quieres hacer? No pude planear nada por esto de la boda, perdón, amor.
—Hyung, ya me diste mi regalo. —ríe levemente. —Podríamos ir a cenar, mañana tenemos clases.
—Cierto, ¿no prefieres faltar? Sabes... Podrías hacerme una mamada mañanera.
Joaquín se sonroja levemente, y muerde su lengua ante la idea.
—De acuerdo, faltaremos, pero sólo porque cumplimos tres años.
—Sí, Joaco, solo por eso.
×
Llegaron por fin al departamento. Tenían planeado hacer un fuerte de sábanas y abrir una botella de vino para celebrar. Pero primero se pondrían algo cómodo.
Joaquín se puso un polo que le quedaba algo grande, más un pantalón de pijama. Y él ya cambiado, sacó unas cuántas sábanas y almohadas de su cuarto.
Emilio se puso algo similar, de todas formas sólo serían ellos dos.
Saltando toda la parte dónde se ponen a arreglar, más o menos así les quedó todo:
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Joaquín era muy creativo, sí.
—Mira lo que tengo aquí. —canturrea Emilio, entrando al lugar con dos copas y una botella de vino.
—Quién diría que Emilio Osorio es un cursi de primera. —toma una de las copas, preocupándose más en elegir una película en la laptop.
—Sólo tú has podido comprobar eso, mi amor.
Emilio abre la botella y sirve la mitad de ambas copas.
—Por nosotros.
Joaquín sonríe.
—Por nosotros.
Y chocan sus copas.
Ese día terminó con un maratón de La Noche del Demonio y también de besos. Ambos se quedaron dormidos, con la luz de la laptop iluminándoles el rostro. Lo que pronto terminó, porque se le acabó la batería.
Mañana sería un gran día.
Maratón especial de un año adaptando 1/3
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╰┈➤ @Emilio_el_hetero
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