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Después de una larga charla cofcofregañoscofcof de Ethan...

Emilio y Joaquín decidieron ir a pasear un rato por las calles. 

Hace tiempo que no visitaban Daegu, y según lo recordaban había una pequeña cafetería a unas calles. 

Caminaron tomados de las manos, pero Joaquín, de repente recordó lo que le había dicho Dylan, así que decidió despejar sus dudas. 

— Hyung... Hay algo que me tiene pensando mucho... — empieza con la voz baja. 

— ¿Qué es, cariño? — le responde, mirándolo de reojo. 

— Quiero aclarar que no es que desconfíe de ti ni nada, ¿está bien? — el contrario asiente, teniendo un mal presentimiento. — Bueno, Dylan Hyung dijo que... Que probablemente en los últimos dos años te habías acostado con la mitad de las chicas del instituto y... 

— ¿Que Dylan dijo qué? — Emilio frunció el ceño. — Creí que él era un buen chico. 

— ¿Entonces...? 

— Escucha, cielo. — se plantó frente al menor. — Cualquier persona va a intentar alejarte de mi, sea quién sea y de la forma que sea. No importa lo que te digan o lo que oigas, no creas nada de lo que te dicen. Tú sabes que estos últimos dos años me los he pasado ayudándote a estudiar y recogiéndote del colegio. O haciendo trabajos y leyendo libros para mis exámenes. Y créeme cuándo te digo, que yo no te cambiaría ni por todo el dinero del mundo. Tú eres lo mejor que me ha pasado, bebé. 

Joaquín lo abrazó de la cintura, a punto de llorar. 

Era muy consciente de todo lo que había tenido que pasar su novio por su culpa, y ahora le echaba en cara algo que por supuesto no había hecho. 

— Lo siento... Perdón por preguntarte algo así después de todo lo que has hecho por mí, perdón, perdón. 

Emilio dejó un beso en su cabeza y lo abrazó de igual manera. 

— Auch, auch. Todavía me duele. — hizo un puchero.  El mayor ríe. — Entonces sí me pasé anoche. 

♥ 

Grande fue su sorpresa, al ver que dónde supuestamente estaba la cafetería, no había absolutamente nada. 

El local estaba lleno de grafitis y cosas rotas. 

— Cuidado con los vidrios, te puedes lastimar. — dice Osorio, haciendo que el pelirrojo retrocediera unos pasos. 

— ¿Ahora qué haremos? — pregunta el más bajo. 

— Déjame ver. 

Sacó su celular y se puso a buscar restaurantes cercanos a dónde estaban. 

— Hay uno a diez cuadras de aquí. 

— ¿Alguna vez fuimos? — el mayor negó. — ¿La comida será buena? 

— Tiene una buena puntuación, ¿le damos una oportunidad? 

El pelirrojo sonríe y vuelve a tomar la mano de su pareja. Reanudando sus pasos en dirección a dicho restaurante.  La tarde era muy linda en Daegu. El cielo se tornaba de un color rosado y las nubes se amontonaban entre sí. 

— Hyung, Hyung. ¿Nos tomamos una foto? 

— Está bien. 

El menor sacó su celular y con la cámara frontal, los enfocó a él y Emilio.

Cuando por fin iba a tomar la foto, Osorio besa su mejilla y justo esa escena sale en la imágen. 

— Ahora en mi celular. 

Al tener la cámara lista, el azabache toma a su novio de la cintura y lo acerca más a él. 

Joaquín besa su mejilla, y una foto tomada. 

Pero luego, Emilio se dedica a besar sus labios, y otra foto es tomada. 

— ¿Y si alguien ve eso en tu celular? — pregunta dejando un casto beso en los labios de otro. 

— Pues que se enteren que eres mi lindo novio.

Capítulos del maratón dependiendo del apoyo ❤️

Boyfriend #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora