Por primera vez te vi

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Hoy es mi primer día en la universidad y son las 5 de la mañana cuando me despierto para arreglar mis cosas e irme irme a esta nueva escuela para empezar una nueva aventura –nótese el sarcasmo-. Mis ánimos no son de lo mejor mientras me visto, empezar la escuela nunca es algo que me entusiasme y mucho menos en una ciudad donde no conozco a nadie. Mudarme aquí no ha sido de las mejores cosas que me pasaron este año, pero sin duda no ha sido la peor.

Mis ganas por no ir a la escuela son tan grandes como la camisa que decidí ponerme hoy, una vieja de mi padre con el eslogan de su banda favorita, me queda bastante grande pero igual la uso. Y mi esfuerzo es tan poco como el que le puse a ponerme el pantalón, sin levantarme de la cama.

Por fin me volví a poner de pie cuando mi madre me grito desde la cocina que las acompañara a desayunar, con la mejor actitud que pude tomar salí de mi habitación. Arrastrando lo menos que podía mis pies llegue a la cocina para desayunar con mi madre y mi pequeña hermana.

Sacudo el cabello de mi hermana al pasar detrás de su silla y verla dibujar en una servilleta de papel, le doy un beso en la mejilla a ella y a mi madre antes de sentarme en una de las sillas sobrantes enfrente de la mesa. Desde que salí de mi habitación me había llegado el olor de los huevos con jamón, pero lucían mejor de lo que olían y ya era bastante bueno su olor. Ese es mi desayuno promedio, no me quejo, cualquier cosa cocinada por mi madre es una delicia. Y estos huevos con jamón no eran la excepción.

-¿tu llevaras a Stacy a la escuela cierto?- cuestione a mi mamá mientras hacia un taco con el huevo. Frente a mi veía como mi hermana hacia una de sus combinaciones raras, ponerle mayonesa a la tortilla de su taco, se me hacía bastante raro, pero preguntando comprobé que no es la única loca que lo hace, yo intente probarlo pero definitivamente no es para mí.

-Sí, tengo tiempo antes del trabajo- contesto mientras recogía su plato- ¿a ti no se te hace tarde?- sin responder detengo mi desayuno para tomar mi celular y revisar la hora confirmando lo que me dijo mi mamá.

-Sí, tengo que irme- dije poniéndome de pie para llevar mi plato al lava trastes y pasar a lavarme los dientes antes de salir de la casa. Lamentablemente no pude terminar mi delicioso desayuno, pero ya compraría algo por la escuela.

Camino a la escuela mi estado de ánimo cambio, haciendo una lista de pro y contras trate de encontrarle el lado bueno a esta situación. En los pro estaba; seguramente no sería la única persona que no conozca a nadie, podre hacer nuevos amigos, los que no tenía en Inglaterra los podía encontrar aquí, mi papá me querría feliz. En los contra solo había uno; no soy buena socializando.

En contras solo había uno, que claramente mataba a los tres que había en los pros, pero podría tener un primer día de universidad suficientemente bueno si no lo veía de ese modo y solo me llevaba por los números. Y así lo tome.

Pensando que llegaría tarde a mi primera clase fui demasiado de prisa al caminar hacia la escuela, varias veces casi muero en un trágico accidente pero tuve la suerte de sobrevivir y llegar a tiempo la primera clase, me perdí un poco buscando el salón, porque no podría ser yo si todo me iba bien, pero no fue un impedimento para causar una entrada enigmática en media clase.

Fue todo lo contrario, en el salón apenas habían una personas, todas parecían no llevar mucho tiempo ahí, algunos ya estaban hablando con otros, tal vez porque ya se conocían o a diferencia de mí, les va bien en la vida.

El profesor no tardo mucho más en llegar, solo llegaron unos 10 compañeros más antes que él, era un señor que lucía bastante serio, tenía entre unos 45 a 50 años, se veía fastidiado con la vida y esperando ser atropellado por ese carro que casi me atropella a mí camino aquí. No tenía cabello del todo en la parte superior de su cabeza, creando una U.

-Muy bien, yo soy suprofesor Marlon Peña y les daré la clase de estadísticas.- se paró frente atodos nosotros dejando su maletín de señor de negocios sobre el escritorio. Suapariencia parecía ser de esos maestros serios que no les importa nada sobresus alumnos, así que me sorprendió cuando puso la típica actividad depresentación que hacen los maestros cada vez que tienen un grupo nuevo. Nospidió ponernos de pies para decir nuestros nombres, edad y algo que nos guste hacer. 

-Hola, soy Luke Hemmings, tengo 18 años y me gusta cantar- dijo poniéndose de pie el chico de la primera fila, tratándome de grabar sus nombres dependiendo de algún rasgo físico o significante en él, el suyo se me grabo porque tenía los ojos azules más lindos que había visto en mi vida, y eso se reduce a solo otros dos pares más.

-Hola, soy Michael Clifford, tengo 19 años y me gustan los videojuegos- él iba ser fácil de recordar, sin duda lo identificaría como el único chico con el pelo pintado en la clase. Sobre todo porque lo llevaba de un color rimbombante que no pasaba desapercibido.

A continuación fue una chica que no habría forma de no recordar, es una chica muy atractiva, alta, delgada, con nariz respingada y cabello castaño. Por un momento creí que sería de esas chicas que se creían el ultimo taco en el puesto, pero otra vez las apariencias me engañaron porque pareció no serlo cuando se presentó.- Hola, yo me llamo Rebeca y tengo 18 años también, me gusta leer y ver series o películas policíacas- aunque dijo lo mismo que todos los que se han presentado hasta ahora, la forma de su voz me dio buenas vibras y se esfumo mi mala primera impresión. El maestro de vio interesado con la respuesta de Rebeca y le hizo preguntas sobre que series, películas y libros había leído de ese género, me veía en la situación de sentirme agradecida por eso ya que solo faltaba alguien más antes que yo. Pero después de unos dos minutos de discutir si el maestro ya había visto la serie favorita de Rebeca, el maestro le dio pie al siguiente. 

-Hola, soy Ashton Irwin, tengo 20 y me gusta tocar la batería- 20 era la edad más grande quehabían dicho y me quede sorprendida porque el chico se veía más joven, apostabapor que fueran más grandes otros chicos que no lo fueron, y así fue como me aprendíel nombre de él.

Seguía mi turno cuando mis manos empezaron a sudar por los nervios queme creaba hablar frente a la gente.-Soy Verónica Miller, tengo 17 y me gusta hacer repostería- hable rápidamente para poder volver a poner mi trasero sobre mi silla antes de que me sucediera una tragedia.

Realmente no puede guardar los nombres de todos los que siguieron después de mí aunque lo intentase porque mi cerebro aún se seguía recuperando de las 10 palabras que tuve que decir recién. Así que solo salgo de mi ensimismamiento cuando todos terminan de presentarse y escucho la voz del maestro empezar a dar la clase.

-Perfecto, yo ya me presente antes ustedes, ahora vayamos a lo importante. Saquen su cuaderno y empecemos- hice lo que el maestro pidió y empecé a notar todo lo que escribía en el pizarrón. Asombrosa la forma tan rápida con la que cambio de tema dándole ceroimportancia a nuestras presentaciones.

La clase no estaba siendo aburrida, el maestro sí. Esta era una de esas veces en las que te gusta lo que aprendes pero no como te lo enseñan y entonces con el tiempo te dejas de sentir atraída por aprender sobre eso, pues a mí solo me hicieron falta unos minutos para que dejara de sentirme atraída y ya no le prestara atención al maestro porque no podía seguirle el ritmo a lo que decía.

Cuando ya solo quedaba una de mis neuronas con la esperanza de entenderle a la clase, fue salvada a punto de morir cuando un chico interrumpió la clase.

-¿Puedo pasar?-.

N/a: los capítulos que tengan </3 es porque ya fueron editados.

El chico de la bandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora