Cita real pt2

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Calum

Estaba descansado -por todo lo que la banda y yo hemos estado recibiendo después de que los chicos de Your Direction nos hicieran más reconocidos, para la gente y las firmas discográficas- viendo una película cuando se me ocurrió la idea para hacer que Verónica me perdoné, otra vez.

Es una idea un poco patética, quería hacerle algo muy lindo, cómo de película, así que pensé que podría hacerle una cita muy romántica. Pero no tengo mucho dinero así que voy a improvisar algo.

Cuándo le mando mensaje ella no dice no a la invitación, o más bien no la dejo decir que no.

Durante el trayecto a mi casa no hablamos mucho, las cosas siguen estando un poco raras, incómodas. Pero para eso estamos aquí, porqué arreglaré las cosas con ella.

-¿Me pediste que me arreglará así para venir a tu departamento?- gruñe un poco frunciendo el entrecejo. Cuándo está así, no puedo dejar de pensar en lo mucho que me gusta, se ve demasiado linda, ahora no puedo pensar como tuve el valor de dejarla ir aquel día. Fue un error, un gran error. Que solucionaré.

-No nos quedaremos en mi apartamento, bueno, si, pero no nos quedaremos en el departamento- dije dirigiendo la hacía adentro del edificio tomándola de la mano. Tomarla de la mano parece cosa de niños pero es lo más, nunca antes me había sentido así con alguien, puedo decir que aunque sea algo tan sencillo como un rocé, si viene de ella, es único y con todo el sentimiento.

-Puedes pasar- ofrezco cuando llegamos al departamento de mis padres y abro la puerta para entrar.
Ella solo asiente mientras da sus pequeños pasitos hacia adentro.

Mientras voy a la cocina a buscar las cosas que me hacían falta para la cena, ella esta rondeando la casa tocando y mirando cosas.
Se detiene cuando ve un porta retratos con una foto familiar.

Somos nosotros  en nuestras últimas buenas vacaciones, antes de que Mali se fuera de la casa. Todos habíamos ahorrado un poco para ir a las playas de Cancún.
Después de dos años de ahorrar lo logramos. Estuvimos una semana ahí, no alcanzo para más, la foto fue tomada por un latino a quien mi papá apenas y le pudo pedir que tomará la foto, pero fue increíble, el sol, la playa, la arena entre los dedos, toda la gente había de diferentes lados, de asiáticos a latinos. Todo fue muy bien, hasta que regresamos a casa. No se que paso después de eso, pero empezaron las peleas y riñas entre mis padres.
No le digo nada a Verónica sobre la historia detrás de la foto, solo espero hasta que deje la foto en su lugar

-Vamos- le digo dirigiéndome hacia la salida con la botella de vino que tome de la cocina.

-¿A dónde vamos?- sigue insistiendo con saber a donde iremos, pero esta vez si le doy una respuesta

- A la azotea-

-¿La azotea?- me cuestiona.

-Si, ya lo verás- digo volviendo a tomarla de la mano.

Cuando estamos subiendo las escaleras casi tiro a Verónica por ir subiendo de dos en dos escalones al llevarla de la mano, ella mide aproximadamente 1.60 y yo 1.85, mis piernas son más largas que las de ella así que ella no puede ir a mi ritmo.

-Con cuidado, Calum- dice volviendo a encontrar el equilibrio sobre su cuerpo.
Nunca me llama por mi nombre, pero escuchar mi nombre salir de sus labios suene armónico aunque sea con un tono molesto.

-Perdón, lo siento- digo al subir el último escalón- ya llegamos. Prepárate- estoy apunto de abrir la puerta hacia la azotea cuando se me ocurre que seria mejor idea que tuviera los ojos.- No, espera, cierra los ojos- la detuve para que no viera aún.

-Calum, ¿de verdad?- dice con una voz quejumbrosa, cansada pero ansiosa a la vez, ansiosa por ver que es lo que tanto escondo.

- Siiii, ahora, cierra los- después de un bufido, cuando cierra los ojos pongo mi palma sobre ellos y con la otra abro la puerta.

Salimos a la azotea y después de unos cuantos pasos para acercar a Verónica más al lugar dónde decoré, le quito mi mano de encima.

-Listo, puedes abrir los ya- y cuando lo hace, su expresión al ver lo que hice, me llena de satisfacción, era la reacción que esperaba, esta sorprendida, feliz. No sé si esto vaya a funcionar, pero espero que sí. Si logro hacer que ella quiera volver a estar junto a mí. Haré esto más seguido, no solo después de hacerla enojar o algo así, siempre. Porqué me encanta verla feliz.

El chico de la bandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora